¿Alguna vez has sentido que no correspondes al lugar en el que estás? ¿Que tu alrededor te es extraño, desconocido y lejano? La protagonista de Aliens, el nuevo cortometraje de Jiajie Yu, sí. Situada entre el calor, el kitsch multicolor y el desenfreno nocturno, la historia habla de nosotros mismos más de lo que nos gustaría admitir. La sensación de desarraigo, de soledad y de incomprensión desbordan la pantalla de la mano de este cineasta de padres asiáticos criado en Barcelona y actualmente establecido en Madrid.
Jiajie Yu es un apasionado de su oficio desde que lo descubrió siendo todavía muy joven. Sus guiones, planteados como un reto personal, no solo reflejan el viaje de sus protagonistas, sino que también muestran su propia evolución creativa como cineasta. Acaba de estrenar su último cortometraje, titulado Aliens, y por ello hemos decidido conocerlo más en profundidad.
Para quienes no te conocen, ¿podrías presentarte? ¿Quién se esconde detrás de las cámaras?
Soy Jiajie, barcelonés hijo de padres chinos. Mi padre es de Taiwán y mi madre de Shanghái, y llegaron a Barcelona hace más de treinta años. Fueron de los primeros en llegar y, de hecho, fueron de los primeros en abrir un restaurante en la ciudad. He pasado toda mi vida en Barcelona hasta hace un año, cuando me mudé a Madrid.
¿Cómo ha sido el camino hasta convertirte en cineasta? ¿Era lo que inicialmente querías hacer con tus horas?
Siempre me ha gustado el cine, pero no me había planteado dedicarme a ello hasta un momento clave. Es curioso porque empecé en este mundo precisamente delante de las cámaras –de pequeño hice varios anuncios de televisión, casi siempre de actor secundario. Hasta que una vez me contrataron para hacer uno de Pepsi, había seis niños protagonistas y yo era uno de ellos. Viví de cerca un rodaje durante cinco días y me gustaron el ambiente, el trabajo en equipo y el hecho de que todos éramos como una gran familia. Me atrajo tanto ese mundo que tomé la decisión de convertirme en cineasta. El camino ha sido difícil y lo sigue siendo, pero desde que tomé esa decisión he luchado y lo sigo haciendo para sacar todos mis proyectos adelante.
¿Hay algún tema recurrente o una inspiración directa para crear tus guiones? ¿Crees que los lugares donde grabas –como Tailandia o Barcelona– son una fuente de inspiración?
Los temas que más me interesan son el paso del tiempo (o mejor dicho, el ‘no paso’ del tiempo, el tiempo estancado), la soledad y la alienación, y creo que inconscientemente todos mis trabajos gravitan alrededor de estos. Me atraen los personajes solitarios, nostálgicos, desarraigados, contemplativos, ausentes, quienes me sirven de inspiración a la hora de crear los guiones. Las localizaciones son una gran fuente de inspiración para mí. De hecho, muchas veces creo los guiones a partir de los espacios.
¿Alguna vez has vivido alguna situación que hayas querido mostrar en uno de tus films?
Tengo un cortometraje titulado Próxima parada paraíso que rodé cuando estudiaba un máster de Dirección de Cine y que refleja un poco el estado anímico que vivía en ese momento, de cierta sensación de apatía y de estar matando el tiempo. A Lonely Trip es un cortometraje que me sirvió como terapia, ya que la historia trata de aprender a tomar decisiones sin permitir que el miedo te frene.
Tu último cortometraje se titula Aliens, aunque en ningún momento se nos enseña marcianos en pantalla, sino a una protagonista alienada de su entorno. ¿Por qué elegiste este título? ¿Guarda alguna relación con los visitantes o locales de la ciudad de Benidorm?
El título Aliens surge de la inspiración de un poema del mismo nombre escrito por Bukowski y que además encajaba perfectamente con el concepto de alienación que quería transmitir con el cortometraje. Me gusta que haya cierta ambigüedad con el título Aliens, ya que podría referirse tanto a las personas que viven en Benidorm como a la propia protagonista.
Esta protagonista de la que hemos hablado se identifica como una “extranjera permanente”. ¿Qué quiere decir con esto? ¿Cuál es su historia?
La protagonista es un personaje desarraigado que se identifica como una “extranjera permanente” porque no encaja en ningún lugar y siempre tiene la sensación de estar en un espacio de manera provisional, como una turista que viene y va. Me gusta mucho la visión que tiene Jim Jarmusch, quien observa su propia ciudad como un turista, y la última frase –“extranjera permanente”– es mi homenaje a Permanent Vacation, la ópera prima del director.
Durante el cortometraje, la protagonista insiste en cómo le gustaría mezclarse entre la gente, pero se ve incapaz debido a lo distinta que es con los demás. ¿Qué la hace distinta? ¿Cuál es la sensación que siente con más fuerza: frustración, anhelo, tristeza, etc.? 
La protagonista es totalmente opuesta a este mundo que muestro –artificial, impostado, con esos personajes quemados al sol con sus sonrisas de dentadura postiza y con sus estados de ebriedad permanente. A ella le gustaría ser como una de ellos, divertirse como ellos, pero no lo consigue porque no tiene nada que ver con ese mundo, es totalmente ajena. Es difícil destacar una sensación porque la protagonista tiene una mezcla de varios y pasa por diferentes estados anímicos a lo largo del cortometraje. Al principio se siente extraña, luego frustrada y al final impotente e incluso indignada.
La protagonista decide –pese a la adversidad de ser distinta– quedarse. ¿Por qué no huir a un sitio dentro de su zona de confort? 
En realidad, no queda claro que la protagonista decida quedarse, es algo que me gustaría dejar abierto. De hecho, con la frase extranjera permanente quería dar cierta ambigüedad al final. 
Benidorm es una ciudad muy particular, llena de turistas y personas mayores. ¿Elegiste esta escenografía por algún motivo concreto? ¿Qué relación existe entre este entorno y la historia de la protagonista?
Benidorm siempre me ha parecido un lugar muy peculiar y cinematográfico. Conocía el trabajo de Martin Parr en Benidorm y me pareció muy atractivo poder rodar allí. He planteado este proyecto a caballo entre la ficción y el documental, donde coloco una pieza de ficción (la protagonista) en un entorno real rodado como si fuera un documental. La relación que mantiene el entorno con la protagonista fue la misma que teníamos nosotros con el espacio que íbamos habitando, ya que nosotros también éramos de alguna manera los protagonistas de la historia.
Muchas de tus obras parten de una premisa: una situación cotidiana que nos puede pasar a todos. A partir de allí, empieza un viaje personal, contado a partir de los protagonistas. ¿Qué significa el viaje para ti?
En general los trabajos que he hecho no han tenido un guión como tal y no suelo desarrollar mucho las historias. Los proyectos los he planteado hasta ahora como un reto de ir construyendo la historia sobre la marcha a partir de una premisa. Por eso el viaje interior –y a veces físico– de los personajes es también para mí un viaje creativo, un proceso de descubrimiento y de espontaneidad.
Has captado casi a la perfección lo que es estar un verano en Benidorm: la gente mayor, los turistas borrachos y los rascacielos que se mezclan con la costa y el monte. ¿Piensas que la ciudad ofrece una imagen de sí misma que no se corresponde a la realidad?
Creo que la ciudad tiene una imagen que sí se corresponde a la realidad, al menos la zona de turismo donde se concentran la gente mayor en la playa, los turistas borrachos, etc. Hay una parte donde viven los locales, precisamente donde nosotros teníamos el hotel, pero desconozco hasta qué punto les afecta este turismo extremo, el ocio nocturno y los excesos. Pero se trata de una realidad palpable de Benidorm, porque esta es la imagen que nos viene a la cabeza a todos cuando pensamos en esta ciudad.
La protagonista queda escondida entre brillantes luces de neón y publicidad. ¿Es una reflexión de cómo la producción en masa nos está volviendo iguales?
Totalmente, esta producción masiva y esta saturación de luces, color y ruido provoca la alienación y hace que la conciencia colectiva se diluya, que desparezca y nos convierta a todos iguales. Por eso la protagonista no consigue mezclarse y pasar desapercibida por mucho que lo intente; ella tiene conciencia de sí misma.
El cortometraje es un monólogo constante de la protagonista, que reflexiona sobre cómo es su vida en esa ciudad, donde la soledad es lo que predomina. ¿Crees que en las grandes ciudades todos nos sentimos así en demasiadas ocasiones?
Desgraciadamente sí. Aunque en Benidorm se trata de algo extremo con muchos excesos, es algo que se puede extrapolar a otras grandes ciudades. Hay cierta sensación de prisa, de inmediatez, de estar ocupados constantemente, pero en el fondo predomina la soledad en nuestro día a día.
Por último, justo se estrena Aliens, pero imaginamos que ya andas metido en más proyectos. ¿Alguno que nos puedas adelantar?
Pues hace unos meses acabé un videoclip que espero poder estrenar en octubre. Y estoy preparando un guión de ficción para un cortometraje más convencional que me gustaría rodar el año que viene.