Empiezas por la pregunta más difícil, aunque también es la que más me gusta. Soy fotógrafo. Estudié arquitectura, y después de trabajar con amigos durante mucho tiempo, monté mi propia agencia, llamada DDZ. Desde aquí nos dedicamos principalmente a la creación de imágenes, muchas de ellas son fotografías que tomamos nosotros pero también hacemos la dirección artística en eventos o producciones audiovisuales, y proyectos complejos de gráfica y comunicación. El trabajo ideal es cuando un cliente nos permite combinar todo esto. Por ejemplo, una marca que nos encarga una campaña para la que pensamos la estrategia de comunicación, construimos los sets y realizamos las fotografías.
THEM es un libro de fotografía. Es una colección de retratos, parte imagen, y parte texto, de casi 50 personas que de algún modo están vinculadas con Madrid, y que están activos creativamente. Nosotros decimos que son gente que “ocurre” en Madrid y está “haciendo cosas.”
La sensación principal que me inspira THEM es de agradecimiento. Es verdad que el proyecto me ha cambiado, y me ha ayudado en muchos ámbitos. De hecho el libro cierra con una página en la que sólo pone “Muchísimas gracias” y un corazón. Principalmente me ha ayudado a reencuadrarme en este circo de tres pistas que es la realidad creativa actual. Yo soy muy ansioso, y la sobredosis de información que nos inunda diariamente no ayuda a encontrar tu foco. Un proyecto como THEM, donde el tiempo va dando forma a las cosas sin que tú lo percibas y te va poniendo delante de la cara (casi de forma insultante) lo que haces, lo que te interesa y lo que quieres contar, es justo lo contrario. Es una una especie de tabla de salvación para poder seguir trabajando en un camino del que ahora estoy mucho más seguro. Por eso tengo que estar agradecido.
Con DDZ Headquarters pasa algo similar. Hace ya más de dos años que pudimos mudar nuestra sede a este magnífico espacio frente al Retiro, y desde el primer momento nos pareció importante compartirlo. Así fueron surgiendo varias iniciativas para que mucha gente, conocida o desconocida, pasara por aquí. Por ejemplo, nuestras sesiones de cine, DDZ!ne, a las que invitamos principalmente a gente con la que sólo hablamos por internet, o la Residencia Creativa DDZ, desde donde invitamos a artistas a que desarrollen un proyecto relacionado con la fotografía o la geometría durante tres meses. A todo esto había que ponerle un nombre, y así nació oficialmente DDZ Headquarters, que es un espacio abierto a las colaboraciones artísticas y a la creación de redes culturales. Os invitamos a que vengáis cuando queráis.
Es sólo una parte de mi universo, pero desde luego es una parte bastante representativa. THEM no pretende ser un archivo cerrado, sino más bien una muestra. Como dice muy bien Popy Blasco, “no estamos todos los que somos, pero sí somos todos los que estamos.”
Yo simplemente comencé a hacer fotos a toda la gente que pasaba por nuestro estudio como un ejercicio de aprendizaje disciplinado. Si quería ser fotógrafo, tendría que practicar. Así que fui retratando a los que venían a una reunión, a algún estudiante que venía a una corrección o a quien pasara a tomar un café. Y a mediados de año teníamos en la pared unas 25 fotitos de gente muy diversa. Fue ahí cuando todo empezó a cobrar forma. Tenerlos a todos mirándonos cada día nos daba energía. Estaba claro que eran un conjunto, pero resultaba dfícil ponerle etiqueta, porque unos eran arquitectos o diseñadores y otros músicos o modelos. Tardamos casi un mes en dar con la clave. La única manera de etiquetarlos era decir que todos estaban haciendo cosas. Además, aunque esto pueda parecer poco importante, todos habían movido sus culos hasta nuestro estudio. Piénsalo bien, ¿quién se mueve hoy en día si te puede hablar por Facebook?
Bueno, yo no pretendo desmitificar nada. La intención está más en compensar la balanza anímica colectiva. Por alguna razón me parece que está más aceptado elaborar discursos de queja que de ilusión y optimismo. ¡Por no hablar del amor! Y eso ni está bien, ni responde a la realidad, porque también hay gente feliz. Uno de los libros que más me marcaron el año pasado fue La tormenta de amor, de Rafa Doctor. Plantea una situación muy guionizada últimamente, que es la de una sociedad acomodada que sufre un contagio, al principio lento y luego vertiginoso, que la termina transformando por completo y cambiando sus reglas del juego. La diferencia es que Rafa, en lugar de contagiarnos a todos con virus letales o mordeduras zombie, ha escrito un libro precioso sobre un contagio masivo de amor. Es fundamental que ese libro exista. Cada vez que lo lees compensas doscientos telediarios y quince teorías conspiracionistas. Él es así, lo quiere contar y como es un valiente, lo hace. La gran mayoría de gente de mi entorno está haciendo cosas maravillosas, tiene proyectos preciosos en marcha y un montón de ganas. Yo he tratado de armarme de valor y contarlo también, a mi manera, con fotografías luminosas y dando las gracias.
Yo veo muchas cosas importante en THEM, pero no quería imponerlas. Creo que cada uno ha de hacer su propia lectura, y era importante arrancar el libro dejando eso claro. Pedro Medina y Popy Blasco amplían muchísimo las posibilidades de lectura, manteniendo algo esencial, que era el tono de ilusión. Popy sí que es, probablemente, “la voz” de Madrid, una voz que habla desde dentro, que conoce la gente, los lugares, los vive e incluso hace que otros los puedan vivir de forma distinta. Pedro es una voz con más experiencia en comunidades culturales y una visión más externa. No es un infiltrado, sino un observador, lo cual le permite ver cosas diferentes. Ambos abrazan la realidad y esto me fascina de ellos.
Como te contaba antes, todos son gente que “hace cosas” y eso se refleja claramente en el hecho de que todos vinieran físicamente al estudio. Pero hay otra cosa que, una vez terminadas las fotografías, cuando estábamos escribiendo los textos, hemos descubierto gracias a ellos. Entre todos establecen una nueva manera de entender Madrid como ciudad. Ya no es esa noción de ciudad-hogar, sino más bien la de ciudad-estación. Madrid es un lugar de paso, todas las ciudades lo son. Para unos el movimiento es más fugaz, y sólo pasan aquí algunos meses o semanas al año, mientras que otros estaremos varios años. Pero siempre está en mente la idea de movimiento. Es una idea que me gusta.
Pues este mes estamos de enhorabuena, la verdad. Acabamos de terminar las fotografías de campaña de dos firmas de joyería, Julieta Álvarez y Deassin, que saldrán a la luz estos días, y nos han publicado toda una serie de retratos de Leticia Dolera y Daniel Guzmán en el último número de la revista Paraiso.
Por otro lado (esto es aún secreto) nuestro objetivo del año es sacar tres libros a la luz. El segundo está ya casi listo, se llama PRE y trata de todas las cosas que son necesarias antes de hacer algo, una especia de tratado sobre cómo hacer una maleta. Contiene setenta fotografías que hice antes de atreverme a retratar personas.








