Las modelos, casi siempre femeninas, aparecen tanto en lugares desérticos como acuáticos, o bien interactuando, sugerentes, con elementos cotidianos. Son, en cualquier caso, imágenes en las que los cuerpos se funden con los entornos, dando como resultado fotografías sensoriales, en ocasiones superpuestas, o subrayadas por un característico uso de la luz y del color.
Ya en el colegio iba siempre con una cámara desechable encima, no me quería perder ni un momento. Mis padres me compraron una cámara compacta de tres megapíxeles cuando estaba en sexto curso, y ahí comencé a hacer fotografía en serio. Escogí estudiar fotoperiodismo en el instituto y no he parado desde entonces. Es algo terapéutico para mí.
Solía trabajar con digital hasta que, como te dije, hice fotoperiodismo en el instituto, donde revelaba yo misma mis carretes. El proceso en su conjunto me fascinó tanto, que nunca más he querido volver al digital. Aunque ahora no soy yo quien revela los negativos, no hay nada como la película en su estado puro.
Claramente, dejo que las cosas fluyan a no ser que se trate de un trabajo de encargo. Cuanta más presión llevo encima, menos me gustan las fotos. Se me da fatal planificar, me encanta la espontaneidad. Siempre me recuerdo a mí misma que tiene que ser divertido.
Sí, la mayoría de modelos son amigas mías, pero últimamente he estado fotografiando modelos a las que no conocía. Aunque siempre trato de entablar amistad con las modelos. Es más fácil hacer fotos bonitas cuando hay química, ¡y siempre es un placer conocer gente nueva! (risas).
Estoy siempre en una búsqueda constante de cuerpos de agua. ¡Hay tanta belleza en este planeta que no sabría decirte! (risas).
Desde Éditions du LIC me contactaron para que hiciésemos un libro juntos. Les conté mi fascinación por el mar, y decidimos hacer de ello un libro, que reflejase mis viajes a diferentes cuerpos de agua y de todo lo que surgía en el camino. Nunca se me han dado bien las palabras pero Nicholas, el editor, sintetizó las emociones que aparecen en el libro muy bien con esa descripción.
¡Claro que sí! Expreso mi feminidad a través de mi fotografía. Espero que cuando la gente vea mi trabajo de alguna manera me conozcan a mí también.
La moda evoluciona constantemente, y yo también. No diría que soy una experta, pero sí sé los colores que me gustan, y qué materiales utilizar. Aprendí un montón trabajando para Converse, aunque no es el tipo de moda al que estoy acostumbrada. Por lo tanto, diría que Converse me sacó de mi zona de confort, y todo el mundo necesita avanzar.
La belleza es color, está llena de amor y de luz.
¡Hay tantos que me inspiran! Saga Sig y Lina Scheynius son de mis preferidas.
Siento que mi trabajo ha ido madurando conmigo. He aprendido mucho a lo largo de estos diez años, pero lo más importante es que tienes que amar lo que haces, hacer cosas que te inspiren, y no preocuparte por lo demás.
Viajar tanto como pueda. Mi meta sería visitar cada cuerpo de agua de este planeta, pero parece imposible. También, siempre ha sido mi sueño poder fotografiar a Rihanna, ¡es impresionante!



















