¡Muy entusiasmado! Es un desafío importante y será otro más para superar, como todos los que me han tocado a lo largo de la vida. Como todo reto, al principio siempre es mucho más difícil, ya que implica sacrificio y esfuerzo para lograrlo de la manera que quieres, pero con paciencia y constancia se termina consiguiendo. Eso sí, una vez que lo haces, te olvidas y ya estás pensando en el siguiente. Vengo de una familia y de un lugar donde nada era fácil; había que lucharlo todo el doble o incluso el triple. Creo que eso me dio muchos valores y enseñanzas que, sin darme cuenta, me fueron preparando para el siguiente paso.
Respecto hacia dónde quiero dirigirlo, va a seguir exactamente por el mismo camino. El estudio tiene una huella y un ADN con los que me siento muy identificado y que quiero mantener. Son esas cosquillas de algo nuevo siempre, encontrando esos momentos libres para seguir explorando, experimentando e intentando generar nuevas estéticas y lenguajes. Hay un balance preciso entre los momentos de expresión artística y los proyectos comerciales. Cuando el estudio va bien y sus piezas logran un poco más de repercusión, muchas veces implica la difícil tarea de decirle que no a propuestas interesantes de trabajo, pero por otro lado, permite acomodar la balanza.