Todo un hito si tenemos en cuenta la fugacidad de nuestro tiempo y la voracidad del capitalismo rampante. Por una casualidad, Karin es la modelo en las fotos de tamaño casi natural que decoran las paredes y son símbolo del restaurante. Karin ha tenido la amabilidad de recibirme en el salón de su casa presidido por un cuadro de la artista Olga Sacharoff, que muestra las vistas hacia el mar desde el barrio del Putxet, donde vivió con sus padres. Un lugar idílico en apariencia. El lugar desde el que observaba la vida de los demás, y que más tarde recogió en su libro de cuentos Animales urbanos, que os recomiendo. Una crónica excepcional de la Barcelona de posguerra a través de personajes variopintos, descrita desde los recuerdos idílicos de la infancia. Una capacidad de observación que mantiene intacta.