Para él, estos sueños funcionan como una especie de sandbox en la que vivir experiencias categóricas sin tener que lidiar con las consecuencias que tendrían en la realidad material. Descubrió en ellos nuevas formas de conocer el entorno que le rodeaba, a sí mismo y la esencia del propio ser. Una de las cosas que se trajo con él de vuelta a la realidad son su serie de figuras megalíticas recreadas en acero inoxidable, que invitan a imaginar, parar y reconectar, no solo a él, sino a todos.