Sus señas de identidad más reconocibles son el juego de volúmenes, de líneas y colores, sin olvidar su obsesión por el uso de buenos materiales y la calidad. Me cuenta que no sigue el dictado de las últimas tendencias aunque las tiene en cuenta: colecciona todos los Vogue Italia desde 1987 por sus maravillosas fotos de moda. En poco menos de un año ha presentado dos colecciones de zapatos y bolsos en su showroom de la calle Sant Pere Més Alt, 18, en Barcelona, a dos pasos del Palau de la Música. Un espacio tan cálido como su voz al que podéis ir sin cita previa.