La verdad es que no tenía ni idea de hasta qué punto existe todo este negocio de tráfico de bebés en el norte de Argentina. Es un problema real. Mientras rodábamos salían noticias constantemente y casos muy parecidos al que se trata en Una especie de familia. El cine tiene esa magia tan alucinante que te permite conocer lugares, gente, realidades, y para mí esta cuestión ha sido un descubrimiento.
Además, Misiones es un lugar muy particular porque si bien en un primer momento, por desconocimiento, puedes asociarlo a un lugar habitado por indígenas, cuando conoces el terreno encuentras un pueblo lleno de alemanes o croatas, hijos de emigrantes viviendo en medio de la selva.
Hay una energía en ese lugar muy particular, y la experiencia fue muy intensa, ya que estuvimos rodando en un pueblo muy pequeño durante muchas semanas, con cortes de luz o agua. Es una realidad complicada, y los límites legales, bastante perversos.