¿Será posible que la industria de la moda abandone los estereotipos de género? ¿Qué rol juega el diseño en la deconstrucción de modelos socioculturales? Y ¿cómo se relaciona todo esto con la sostenibilidad? La Barcelona Design Week presenta el Sustainable Challenge 2020, una iniciativa conjunta entre instituciones del Reino Unido y España, donde 40 estudiantes de diferentes disciplinas del diseño trabajarán en grupos para atender estas cuestiones y buscar alternativas fuera de lo normativo. Todo ello bajo la dirección creativa de Roberto Piqueras y Lucy-Isobel Bonner, comisarios de esta edición. Y lo que es mejor, podrás seguirlo desde tu casa de forma gratuita.
Moda-FAD, el festival Design Manchester y el British Council son algunas de las instituciones que se han aliado para traer esta segunda edición del Sustainable Challenge, una maratón de creación donde se pondrá la mirada en nuevos enfoques y se desarrollarán propuestas en el ámbito de la moda como el diseño, el patronaje, el marketing, la prensa especializada, el retail design, casting, fotografía o estilismo. Los estudiantes, de universidades españolas e inglesas, son asesorados por expertos de las dos nacionalidades y la sesión de presentaciones finales será conducida por Roberto Piqueras y Lucy-Isobel Bonner, quienes tienen una larga trayectoria profesional en la industria de la moda y el diseño. 

Por un lado, Roberto Piqueras, que participa por segundo año consecutivo en el proyecto, ha pasado por una larga evolución en la industria, siempre cuestionando los fundamentos de la moda desde una perspectiva crítica, anti-comercial y más humanística. Actualmente está cerca de graduarse como educador social, conocimientos que enriquecen su anterior trayectoria como diseñador. Por otro lado, Lucy-Isobel Bonner, creativa multifuncional con experiencia como estilista, asegura que su rol más importante “es conectar puntos entre la música, la moda, la política y el planeta”, y busca revolucionar tanto la educación de la moda sostenible como la accesibilidad a las artes, especialmente para los grupos marginados.

En esta ocasión, el dúo moderador respondió nuestras preguntas sobre el proyecto y su proceso, y compartieron con nosotros sus opiniones sobre el ‘sustainable challenge’ de desafiar la normatividad en una industria que no puede hablar de sostenibilidad sin mencionar antes la inclusividad o la deconstrucción de barreras tradicionales.

El proyecto forma parte del festival Design Manchester, del 12 al 16 de noviembre, y culmina en la Barcelona Design Week, del 17 al 26 de noviembre. Las presentaciones de las propuestas de los diez equipos de estudiantes se podrá seguir de manera online el sábado 21 de noviembre a partir de las 16:00h, mediante Youtube y Zoom, donde se incluirá traducción simultánea al catalán, castellano e inglés.
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Lucy-Isobel Bonner
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Roberto Piqueras
Sustainable Challenge: Gender Perspective in Fashion busca tocar temas como el replanteamiento del futuro de la moda desde la sostenibilidad que se basa en la perspectiva de género ¿Cómo nace esta propuesta? ¿Qué los impulsó a formar parte de ella?
Lucy-Isobel Bonner: Me contactó un miembro del equipo de DesignMCR y me presentó el proyecto, las instituciones implicadas y me pareció muy emocionante. Parte de mi trabajo consiste precisamente en educar a otros, ya sea como conferenciante o como creadora de imágenes. Y es que como creativos tenemos una gran responsabilidad, y el lujo de tener el talento para poder comunicar los cambios culturales y políticos.
Debemos ser conscientes del papel que juega en la sociedad cada movimiento que hacemos, y poder retribuir e involucrar a quienes se encuentran en una multitud de niveles diferentes en su viaje como jóvenes creativos es increíblemente valioso. La educación es una calle de doble sentido y nunca debemos dejar de aprender. ¿Cómo puedo preocuparme por una generación que no conozco? Me encanta escuchar las voces de los jóvenes, estar expuesta a opiniones de todo el mundo y desafiar mis propios ideales en un panorama siempre cambiante.
Roberto Piqueras: Actualmente me encuentro acabando los estudios de pedagogía social y estoy realizando mi proyecto final de carrera a partir de una investigación con una mirada feminista y especializándome en teorías pedagoqueer y decoloniales. Estos conocimientos, conjuntamente con la experiencia vivida en el sector de la moda, han hecho que la sostenibilidad de la industria no sea únicamente una responsabilidad desde la posición medioambiental, sino también social y económica. Por eso, ya en la edición anterior, donde surgió el primer contacto con Moda-Fad, se tuvieron en cuenta aspectos sociales para crear un proyecto educativo con transformación social en les participantes, incluyendo una perspectiva no sólo material, sino también relacional más respetuosa.
Como directores creativos de este proyecto, ¿nos podéis contar sobre cómo se llevó a cabo el proceso de selección de los estudiantes participantes? ¿Qué cualidades buscábais?
Lucy-Isobel Bonner: Para mí era muy importante que todas las áreas del Reino Unido estuvieran representadas. Durante demasiado tiempo ha habido una mentalidad de éxito centrada en la capital, así que para ampliar esto, me acerqué a institutos en Gales, Escocia e Irlanda, así como en Inglaterra. Recibimos cientos de solicitudes de todo el Reino Unido, y si bien hay estudiantes de los famosos Royal College of Art y Central Saint Martins, también hay estudiantes de todos los rincones del Reino Unido desde Salford hasta Plymouth.
Diseñamos la convocatoria abierta con algunas preguntas clave; realmente lo que queríamos era una gama de estudiantes de múltiples disciplinas unidos por un objetivo: desafiar las perspectivas de género en la moda. La autenticidad y la integridad son claves.
No existían criterios de habilidad específicos, pero el valor fundamental que tanto Roberto como yo buscábamos era que tuvieran la voluntad de participar. Estudiantes que darían y recibirían mucho de una experiencia tan enriquecedora. De mente abierta, resiliencia, creatividad y pensamiento crítico. La capacidad de hablar personalmente con humildad pero con ganas de alcanzar tanta ambición. Aquellos que tienen amor, energía, entusiasmo por el tema, que puedan llevar los logros más allá de nuestra línea de meta.
Roberto Piqueras: Hablamos sobre cómo llamar la atención de personas que pudieran dar respuestas desde perspectivas periféricas y que normalmente no acceden a posiciones de toma de decisiones dentro de la industria. Para la selección de participantes, preguntamos sobre género, con más de veinte opciones a elegir, sobre orientación sexual, etnicidad, lengua/s, edad, etc. Queríamos dar oportunidades a esas personas que normalmente quedan fuera de la selección, y así crear grupos heterogéneos con la máxima representatividad de una manera transparente.
El diseño de moda, efectivamente, tiene el ‘sustainable challenge’ de potenciar las diversidades –como las de género–, y de jugar a favor de la libertad individual. Parece difícil aunque no imposible. ¿Qué rol juega la moda en la construcción de modelos socioculturales, qué tan importante es?
Lucy-Isobel Bonner: No podría ser más importante. Ahora más que nunca estamos en un mundo visual sobresaturado. Vemos cientos de miles de imágenes todos los días: ¿queremos diseñar para este montón de basura o queremos usar nuestra práctica para elevar a otros y definir una generación de activistas, pensadores, reflectores, motores y modelos a seguir? La moda crea cambios, esto no es nada nuevo. Está en el ADN de los creativos tener un manifiesto, pero es responsabilidad nuestra cómo lo usamos para los demás. La moda se filtra en cada paso que damos. Todo lo que diseñamos tiene potencial para un acto político.
Ya no podemos crear sin consciencia. La moda históricamente ha movilizado movimientos a través de la libertad de expresión. Los medios convencionales prestan atención cuando los actos contraculturales son demasiado grandes para ignorarlos.
Roberto Piqueras: La moda es un medio de comunicación, pero no se le da la misma importancia y relevancia que a los medios genéricos. Por ello, creemos que la indumentaria puede ser una herramienta para comunicar desde los cuerpos individuales, pero simultáneamente también para replantear los pilares de una industria de la moda que vive a todo trapo bajo el paraguas de un capitalismo salvaje; tenemos que entender bien lo interconectadas que estamos a nivel global y cómo esto nos va a interpelar en un futuro cercano como sociedad.
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Desde vuestra experiencia, ¿qué predicción tienen sobre el futuro del diseño de moda y su rol en la liberación/deconstrucción del género y la sostenibilidad?
Lucy-Isobel Bonner: La fusión de ambas semanas de la moda por parte del British Fashion Council es un gran paso. El siguiente gran paso es la habilitación de una experiencia minorista verdaderamente fluida. Está bien para nosotros, los creativos, defender el cambio, pero cuando esto afecta a la estructura capitalista es cuando sabemos que realmente no hay vuelta atrás. Valoro a muchos diseñadores como Sinead O'Dwyer, No Sesso, Ella Boucht, Doublet, Barragan Di Petsa y su uso del diseño para explorar las complejidades dentro de mi propia percepción del yo y el cuerpo. El corte de patrones debe ser inclusivo con todos los cuerpos en todas sus formas.
Roberto Piqueras: Desde mi perspectiva, el diseño tiene que empezar a preguntarse ¿por qué estamos teniendo esta conversación ahora? ¿Qué ha hecho que lleguemos a esta conversación? Y, ¿qué sentido tiene producir más allá de la acumulación de riqueza? Si empieza a contextualizarse bajo un mundo con limitaciones en recursos, empezará a definir y evaluar sobre las necesidades del diseño de una manera sostenible para todes, pero también creo que estas resistencias no vendrán desde clases privilegiadas; ya se pueden encontrar proyectos de moda dando respuestas sociales, anteponiendo los intereses del capital.
Esta iniciativa nace entre Barcelona y Manchester ¿qué características comunes tienen las escenas de la moda en estas dos ciudades? ¿Presentó alguna limitación que los estudiantes fueran de diferentes países?
Lucy-Isobel Bonner: Manchester es un lugar hermoso. Es muy real y te permite tener espacio para ser creativo. Las presiones de Londres, digamos, existen menos aquí pero creo que hay otras presiones muy reales. Tengo la suerte de estar rodeada de las personas más creativas del planeta: ilustradores, productores, escritores, fotógrafos… Encuentro inspiración en cada rincón, algo que no me pasa en Londres. Eso no quiere decir que no se encuentra inspiración en Londres, pero a menudo me distraigo allí. He vivido en Berlín, Barcelona y recientemente en París, y siempre volveré a Manchester.
Roberto Piqueras: Estas dos ciudades históricamente tienen un pasado industrial lanero importante, en el caso de Barcelona, eran Sabadell y Terrassa las que estaban en el mapa bajo el paraguas de la industrialización del sector. Por otro lado, ambas ciudades juegan un rol periférico al convivir con grandes ciudades como son Madrid y Londres. Sobre las limitaciones, hemos intentado que todo el proceso sea lo más cálido, transparente y accesible posible, dentro de nuestras posibilidades. Por ser accesibles, hay participantes que no hablan perfectamente el inglés, pero lo importante es mostrar cómo las herramientas tecnológicas nos pueden ayudar a derruir barreras lingüísticas cuando trabajamos telemáticamente y a distancia. 
La sostenibilidad se ha vuelto en los últimos años una prioridad para las marcas y el consumidor; aunque también, por haberse convertido en una tendencia, está sirviendo como una técnica de marketing más y una filosofía explotada por grandes marcas que no tienen la intención de ser verdaderamente sostenibles. ¿Creéis que es posible alcanzar una industria auténticamente ética, inclusiva y sostenible en el futuro?
Lucy-Isobel Bonner: Un futuro verdaderamente ético es aquel en el que las marcas no pueden existir. No podemos agregar más producto al mundo y llamarnos sostenibles. Del mismo modo, no podemos crear imágenes o contar historias sin buscar un cambio positivo. El auge de las redes sociales no tiene porqué ser una lobotomía para la cultura visual, sino un catalizador para la conversación, una plataforma para desafiar las convenciones, para unirse por una causa mayor.
Como ocurre con todo, los especialistas en marketing se darán cuenta de los movimientos. Es milenario capitalizar la cultura, la juventud y la expresión. Sin embargo, no voy a gritar que todas las marcas son malas. Mientras los equipos detrás de las campañas estén involucrados en el movimiento, estará bien. La transparencia consiste en dejar a los ‘malos’ sin ningún lugar donde esconderse. El consumidor no es estúpido, tenemos acceso a información infinita y esto solo hará que fortalecerse de generación en generación. Estamos más allá del punto de inflexión. No hay vuelta atrás. Necesitamos defender las voces más marginadas y amplificarlas.
Roberto Piqueras: No, no lo creo y menos por marcas que utilizan esto como una tendencia y no como un statement. Por eso, la acción pedagógica tiene que accionarse en las personas que forman esa cadena de montaje, que perpetúa condiciones de esclavismo moderno y que alimenta, como hace poco leí, el ‘monstruo de muchas cabezas’, refiriéndose al patriarcado. Por eso, nuestro granito de arena en la transformación social se basa en contextualizar a las personas que forman parte de la industria, bajo un mundo globalizado con alarmas de cambio climático desde hace más de 40 años.