Desde luego el título de la serie está cuidadosamente elegido. Sobrenatural, superior a uno mismo, inexplicable, fuerza, misterio, rareza… Un sinfín de palabras podrían definir estas obras superlativas, en las que una naturaleza omnipresente oculta misteriosos personajes, que bien podrían salir de un cuento antiguo.
El espectador siente en cierta forma un conflicto de sentimientos, quieres saber más acerca de la pintura que tienes delante, y sin embargo no quieres que se desvele del todo el misterio. Rubenimichi no es uno ni dos, sino tres artistas trabajando al alimón, y el resultado no puede ser más brillante.






