Kenneth es marinero y patrón de barco desde los 18 años. Pero a los 30, su fascinación por la cultura y el arte le hizo abandonar el mar durante un tiempo y vivir en tierra. Trabajó como diseñador de ropa y zapatos durante 10 años hasta que esos placeres terrestres no fueron suficientes para él. Volvió al mar hace dos años.
Hoy Kenneth es un hombre hecho a sí mismo. Ha hecho los deberes: ha estudiado la legislación vigente. Pero lo más importante es que ha encontrado la fórmula que le permite vivir en el mar y sólo del mar: organizar salidas en grupo con su velero la mitad del año, y navegar solo y libre el resto del tiempo.