Un reto a trabajar en profundidad alrededor de una idea y conceptualizarla para su posterior exhibición.
Laura Gálvez-Rhein (Frankfurt am Main, 1998),
Blanca Munt (Barcelona, 1997),
Gael del Río (Barcelona, 1990) y
Gunnlöð Jóna Rúnarsdóttir (Reykjavík, 1992) son los nombres de las artistas emergentes que, tras el proceso de visionado a cargo de los profesionales Marta Gili, Sergio Mah, Ramón Reverté y Arianna Rinaldo, salieron elegidas.
Al entrar en la sala, los primeros dos proyectos en los que nos adentramos retratan historias personales mediante el recuerdo de figuras familiares. El primero es
Evocare de Gael del Río, que conecta la relación artística e interdisciplinar entre padre e hija y surge a raíz de la pérdida de la figura paterna por parte de la autora. Lo más interesante es cómo refleja esta unión entre las dos generaciones, donde expone las obras gráficas de su padre Carlos del Río y a través de su propia interpretación les da una nueva mirada en formato fotográfico, donde yuxtapone las dos visiones. Parece una conversación con el ayer, una manera de rememorar y afrontar la muerte de alguien tan significativo. De bien seguro que estas piezas guardan un significado especial para Gael del Río. Y desde luego, la capacidad de ejecutar y enlazar tan bien ambas historias fue lo que más me impresionó.
El segundo, que guarda una relación conceptual con esta, es la
Ex-Libris de Laura Gálvez-Rhein. Presenta una serie documental de Wolfgang F. O. Rhein, su abuelo. A través del collage fotográfico, la autora se acercó a la vida cotidiana de su abuelo para representar la generación de los Kriegskinder (niños de la guerra de la Alemania nazi), que fueron silenciados por la cultura de la memoria alemana. Esta es su manera de explorar y simbolizar el recuerdo, el olvido y el hecho de toparse con el trauma. No es casualidad que para estas dos propuestas que representan sentimientos como el duelo o la nostalgia, ambas hayan optado por el blanco y negro.
Siguiendo el recorrido propuesto, descubrimos dos formas muy distintas de capturar la identidad colectiva. Nos encontramos con el trabajo de Blanca Munt titulado
Alerta Mira-sol. La pieza principal es una proyección de mensajes de WhatsApp en una pared, en la que encima se exponen fotografías en que van rotando. Un formato diferente a los anteriores, que sin duda despierta la curiosidad. Y es que si atamos cabos, entendemos de qué se trata todo esto. Nace en 2019 cuando Blanca Munt entra en uno de los grupos chat de su barrio, donde los vecinos intercambian mensajes para alertar de posibles robos y otros hechos sospechosos. Así, la fotógrafa consigue retratar el miedo y las contradicciones de nuestro día a día y del comportamiento de grupo. Como ella dice, es una “reflexión sobre la tensión entre el privilegio de vivir en un lugar tranquilo y la constante sensación de amenaza latente como parte de la actual cultura del miedo”.
Por último, Gunnlöð Jóna Rúnarsdóttir nos presenta
Obscure Presence, un proyecto que se alimenta de la tendencia de los islandeses de creer en fantasmas, elfos y huldufólk (gente oculta). El proceso creativo empieza por la investigación y las entrevistas realizadas a islandeses que contaban sus experiencias con sucesos sobrenaturales. La niebla, las sombras, las entradas de luz y las texturas son algunos de los elementos que utiliza la artista para sumergirnos en una atmósfera mística.