Que el talento para las artes escénicas corre por los genes de su familia no es ningún secreto, pero sí algo mágico. Y es que a pesar de haber cumplido la mayoría de edad hace escasos días, lo de Dora es digno de admirar. Sin prisa no quiero morir es su primer EP y su carta de presentación al mundo, aunque ya nos había mostrado con singles como Ojos de Serpiente u Oxena que lo suyo está fuera de lo común. Una artista polifacética con dotes para la música que no puedes dejar escapar. Y eso que solo acaba de empezar.
Sin prisa no quiero morir empieza de la mejor manera posible con el tarareo de Bimba Bosé. En Nana Para Mamá, la canción que abre el EP, Dora nos arropa con una íntima canción que le dedica a su madre: “Mírame cómo te veo, en mis ojos eres santa. La que una vez bambina” y “nadie va a quitar la luz que tanto tú me diste a mí”, canta con desgarro. Acompañada por un videoclip dirigido por su padre, Diego Postigo, se nos ponen los pelos de punta al ver las imágenes de la pareja cuando era joven.

En las cuatro canciones que forman parte del EP hay momentos para todo, letras que nos dejan helados, como Flores de Abril, en la que la artista reflexiona sobre su mundo interior, hasta ritmos urbanos y electrónicos que nos recuerdan a la música de finales de los 90 y principios de los 2000, como en Im Press, donde cuestiona el sensacionalismo de las redes. Para cerrar el EP, Dora nos regala I Do, una canción en inglés con la que la madrileña nos dice que no necesita a nadie. Como algunos dicen, sin más prisa que su propio ritmo, esto es solo el comienzo de la prometedora carrera que aguarda a la artista. Y desde aquí no podemos esperar a ver qué es lo que el futuro le depara, porque ya sabemos que, con ella, el factor sorpresa está más que servido.