(Risas) Me hace mucha gracia pensar en ese Ivancito. Una de las cosas con las que soñaba era con ser libre. Mi infancia no fue fácil, siempre fui un niño distinto y muy marcado con el dedo, así que siempre buscaba la forma de ser aceptado para sobrevivir. He de decir que siempre hice lo quise, y paralelamente esto me hacía soñar con mundos mejores y plasmarlo en forma de cuadro o dibujo. Siempre estaba dibujando, montando o desmontando algo. Desde que tengo uso de razón, siempre he querido dedicarme a la moda. Ella siempre ha sido mi refugio, mi forma de expresión. El futuro siempre me ha interesado porque siempre me ha llamado la atención ver más allá, imaginar nuevos mundos, pensar en aquello que está por venir o no ha sido descubierto. Siempre me he explorado mucho interiormente. No es tan solo una estética, es ese sentimiento de explorar lo intangible y de mirar hacia delante.
Cuando estudiaba tenía muchos referentes, era como una biblioteca andante de moda; me lo leía todo. Tengo revistas de moda desde que tengo 13 años, así que tengo una biblioteca en mi casa porque las conservo todas. Pero a los que más admiraba y admiro son Chalayan, Demeulemeester, Saint Laurent, Rick Owens, Iris van Herpen, Sybilla, Balenciaga, Tom Ford, Prada, Vaccarello, McQueen, Ferragamo, Gareth Pugh,
Anne Sofie Madsen... y así podría estar días. Me encanta el diseño y tengo muchísimos referentes.