Este verano hemos podido disfrutar del primer disco del grupo barcelonés The Black Suns, titulado Milk & Cookies, así como del videoclip de su primer single, There is no Tomorrow. Nacho Newman, Raul Naro, Jose Zurita, Peter Navarro y Pau Beteke, sus integrantes, han renacido de sus propias cenizas –tal como ellos mismos afirman, ya que el grupo anteriormente se llama Klaudia– para dar caña y contribuir a la siempre activa escena musical barcelonesa. En esta nueva aventura no solo actúan como banda con aires folk-indie-rock, sino que también se auto-producen, tarea que llevan de maravilla desde 2009. Hablamos con Raul Naro, el guitarrista del grupo, antes de su primer concierto en la Sala Bikini el sábado 28 de octubre.
Para los que nos os conozcan todavía, ¿quiénes son The Black Suns? ¿Cómo y cuándo os conocisteis?
The Black Suns es una organización universal que aboga por la armonía de todos los estados planetarios de nuestra galaxia a través de la música. Nos conocimos en algún lugar recóndito de la Vía Láctea hace mucho tiempo.
¿Cómo y por qué tomasteis la decisión de formar una banda juntos?
La verdad es que nunca me hice esa pregunta. Supongo que es como preguntarse el por qué uno respira, es algo que se hace de forma natural y por algún motivo vital que aún se desconoce.
Vivir del arte es algo complicado. ¿Os dedicáis a algo más además de a vuestra pasión musical?
Vivir del arte es complicado sobre todo cuando no tienes un mecenas que te apadrine, así que también tenemos nuestra propia productora audiovisual. El principal objetivo es no depender de nadie para desarrollar todas nuestras inquietudes personales y profesionales.
Antes de ser The Black Suns, ya formasteis una banda musical llamada Klaudia. ¿Hay alguna reminiscencia de ese grupo anterior? ¿Y qué os llevó a crear la banda que presentáis ahora?
Hay alguna reminiscencia musical pero con otro animus, otros paisajes y otras texturas. Prácticamente somos los mismos integrantes de Klaudia, pero sentíamos que empezaba una nueva etapa, que debíamos quemarnos a lo bonzo y renacer de nuestras propias cenizas para evolucionar.
Producís y editáis todo lo que hacéis. Debe de ser un trabajo sacrificado y que conlleva tiempo. ¿Cómo evoluciona todo ese proceso desde que os surge la primera idea hasta que por fin nace un disco completo?
Auto-editarse tiene sus ventajas e inconvenientes. Es sacrificado y conlleva más tiempo pero es mucho más gratificante. Somos una banda cien por cien independiente y nos sentimos muy realizados al compartir esta vivencia juntos y crear una obra que refleja nuestras luces, sombras, sueños y temores. Una obra que forma parte de nuestro mundo interior y que no ha sido pervertida por ningún agente externo que la convierta en un simple producto ‘vendible’. Respecto al proceso podríamos explicarlo en un documental dirigido por David Lynch (risas).
¿Cómo surgió la idea de tiraros a la piscina y crear vuestra propia productora?
Surgió de forma natural. Creo que la primera vez que empezamos a funcionar como productora fue en 2009. Durante cuatro años fuimos organizadores de un festival benéfico que se llamaba No Hunger Festival. Congregaba a bandas de la escena local independiente con el objetivo de recaudar fondos para combatir la desnutrición infantil aguda en la región de África Subsahariana. A raíz de esa apuesta ad honorem vimos que nos complementábamos muy bien, no solo en el ámbito musical, sino también en el organizativo.
No será fácil tener que evaluar y juzgar vuestro propio trabajo, así que debéis tener un poder de autocrítica para que todo salga adelante favorablemente. ¿Qué ventajas o inconvenientes tiene? ¿Recibís opiniones externas?
El mayor inconveniente de juzgar el trabajo de uno mismo es encontrar el mayor punto de objetividad posible. Por suerte trabajamos de forma conjunta y las ideas corren bastante rápido. En algún momento del proceso tuvimos que pedir asesoramiento externo y en el camino nos encontramos a gente increíble que apostó por el proyecto sin pensárselo dos veces.
El videoclip del single There is no Tomorrow ha sido una entrada potente. En él vemos a un grupo de jóvenes que realizan un ritual en medio del bosque y, como no, aparece Milk & Cookies. ¿Qué os llevo a esa historia?
La idea del cura afroamericano oficiando un ritual en el bosque llevaba tiempo rondando en nuestras cabezas. Ya sabíamos que el disco se iba a llamar Milk & Cookies y nos pareció buena idea representarlo en el videoclip del primer single. Cuando le presentamos la idea a Ibai Abad, el co-director del videoclip, le encantó y acabamos de definir todos los aspectos narrativos y conceptuales.
Vuestra música va desde el folk hasta el indie-rock. Al ser varios integrantes en el grupo, ¿cuesta combinar los intereses y gustos de cada uno? O por el contrario, ¿aumenta la riqueza y la diversidad de influencias en el resultado final? ¿Cómo ha surgido vuestro estilo musical?
Nuestras influencias son muy diversas pero conviven y se enriquecen de forma recíproca. Por suerte a ninguno de los integrantes de la banda le gusta el trap o el reggaetón, eso facilitó mucho el proceso creativo.
¿Quiénes son vuestros referentes musicales y artísticos?
Mi iTunes es bastante ecléctico, puedes encontrar desde Jefferson Airplane, Maurice Ravel o Camarón hasta Radiohead, Apparat o Woodkid. También me flipan artistas como Saul Steinberg, Ryoji Ikeda o Mark Rothko –sus obras son la expresión simple del pensamiento más complejo.
El próximo 28 de octubre presentáis el Milk & Cookies por primera vez en directo. ¿Cómo afrontáis vuestra primera actuación en directo? ¿Qué puede esperar el publico de vuestro concierto?
Lo afrontamos con mucha ilusión y entrega. La gente verá cinco maromos muy peludos y una sección de cuerdas que intentará llegar a los más profundo de su ser.
¿Hacéis algún ritual antes de salir al escenario? ¿Sois de los que tiene incluso alguna superstición?
Hacemos un ‘haka’ en plan equipo de futbol americano (risas). Es broma, pero me encantaría. No soy muy supersticioso en este aspecto.
¿Cómo os planteáis el futuro del grupo? ¿Cuáles son vuestros planes e ilusiones?
Principalmente sacar las canciones a pasear y llegar al máximo de gente posible. Hacemos música que podría gustarle a gente muy diferente de lugares muy diversos.
The Black Suns actuarán el próximo sábado 28 de octubre a las 20:30h en la Sala Bikini, Avinguda Diagonal 547, Barcelona.