Mediante la técnica del soak stain (mancha de empapado), que consiste en grandes masas de color absorbidas por una tela, el artista español
Rubén Rodrigo interpreta su visión contracorriente y abstracta del mundo. Así lo vemos en su último trabajo,
Apóstoles. Tres estudios para una crucifixión, donde representa su versión contemporánea de una crucifixión con el color como protagonista. Con una capacidad innegable para sacudir las emociones del espectador, sus piezas son manchas que muestran la luz, cuadros que carecen de pinceladas y que funcionan como un ejercicio de resistencia.