María Forqué lo tiene claro: la expresión en el arte no tiene límites. Nos lo demuestra con su camaleónica capacidad para meterse en la piel de todos los personajes que se ponen a su alcance, y así la podemos encontrar dentro de una bañera de sangre en una de sus inquietantes performances o sensual en sus últimos proyectos, pero siempre provocadora. Recientemente, la hemos podido ver espléndida en el corto de terror Into the Mud, dirigido por Pablo Pastor, donde interpreta a una joven herida en medio del bosque, acompañada por un siniestro leñador. La supervivencia llevada al límite. ¿Quién mejor que ella para explorar estos límites entre lo humano y lo animal? 
El corto ha sorprendido a la audiencia e impactado con su plot twist final, y le vaticinamos un futuro prometedor. Primero fue el festival Nocturna, donde se estrenó con muy buenas reseñas, y de allí a ganar el premio al Mejor Corto en el Festival Shock Stock de Canadá, ser finalista en certámenes como Cortos con K, y optar a ganar en el festival internacional Fantosfreak.
A Into the Mud no le han faltado buenas críticas. Debéis de estar muy satisfechos. 
Sí, personalmente estoy muy contenta de que el primer corto que hacemos haya gustado tanto a la gente; es bonito ver cómo otros disfrutan con tu trabajo.
Además, por si el éxito fuera poco, habéis triunfado en un género más asentado en otros países. ¿Cómo lo ves?
Es cierto que quizá este género es algo minoritario en España, pero la gente a la que le gusta es muy fiel, y esto juega a nuestro favor.
¿Puedes explicarnos un poco tu experiencia? ¿Cómo fue el proceso de grabación?
Yo tenía una infección muy grande durante el rodaje, pero no se lo dije a nadie. Todos, Pablo Pastor el primero, y Colin Arthur y su mujer, me cuidaron como a una hija. Me sentí muy querida y feliz. El rodaje fue toda una aventura, me encantó ser una criatura, me siento bastante así en mi vida real.
¿Qué retos y qué satisfacciones te ha procurado la grabación de este proyecto? ¿Te ha supuesto grandes diferencias el género de terror de todo lo que habías hecho hasta entonces? 
Hasta el momento solo había hecho una película profesional y proyectos personales donde la interpretación es libre y abstracta. Fue un reto interpretar a una criatura no humana, teniendo que comportarse como algo que realmente no soy en absoluto, aunque me sienta más así que humana, ciertamente.
¿Cuándo decidiste ser actriz? ¿Ha sido más fácil o más difícil dedicarte a esto siendo hija de dos figuras como Verónica Forqué y Manuel Iborra?
No es ni más fácil ni más difícil, es una circunstancia propia. Mis acciones son lo que determinan mi carrera, no quién sea mi madre. Eso sí, ella es una gran inspiración y una ayuda para mí siempre.
Lo de ser actriz no lo decidí, soy una persona abierta al universo y más bien espero a que me ofrezca proyectos mientras voy trabajando. Me interesa la creatividad poliédrica, donde no hay diferencias entre una y la otra, pues todo es creación al fin y al cabo.
Primero fue la pintura, después la interpretación. No obstante, lo tuyo es el auténtico culto al cuerpo, que te ha llevado a hacer performances de lo más transgresoras. ¿Es esta la disciplina en la que te sientes más cómoda, o en la que te puedes expresar más libremente?
Me interesa la creación, sin diferenciación. Para mí no existen las barreras entre las diferentes vías creativas, todas son expresión. Me gusta la vida poética, por eso me gusta la performance. Me gusta crear realidades dentro de la realidad, o como lo definiría Jodorowsky, realizar “actos poéticos”. Es decir, expresar desde la consciencia y el instinto, y no desde la razón. 
¿Qué nuevos proyectos tienes en marcha?
Acabamos de terminar un proyecto de performance y sonido llamado S&M. Ahora mismo estamos en un proyecto de música/imagen/performance. Somos tres mujeres y estamos produciéndolo y sacando algunas perlas de información sobre el mismo en nuestras cuentas de Instagram: @mariaforquez, @danielablume, @sososugarplum, @beta_0proyect
Una de las cuestiones que se exploran en este corto es la de la supervivencia. ¿Es el ser humano superviviente por naturaleza? ¿Qué opinas?
Sí, realmente el ser humano es superviviente por naturaleza, –a excepción tal vez de los suicidas, claro–. También es curioso que la palabra super-viviente se componga de estos dos términos. Sobrevivir es como vivir situaciones “super”, que te hacen llegar al extremo y ver más caras de la vida.
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