Los objetos que nos rodean a diario pueden desempeñar algo más que una función meramente práctica en nuestras vidas. Podemos llegar a sentir un vínculo con un jarrón o con una vieja manta que les aportará un valor añadido e incalculable. Rosa Rubio lleva fabricando objetos carentes de función –pero cargados de sustancia– desde 2013 a través de su proyecto Los Objetos Decorativos. Hablamos con ella de la simbología y el valor sentimental de algunas de sus piezas, texturas y materiales.
¿Cuándo empezaste a interesarte por el diseño? ¿Dónde has estudiado?
Creo que he sentido interés por las artes plásticas desde que era pequeña, y lo he ido desarrollando a medida que mi conocimiento sobre diferentes disciplinas ha ido avanzando. Estudié diseño industrial en Valencia, después me especialicé en mobiliario, y cuando llegué a Barcelona hice un curso en Elisava de sistemas expositivos.
¿Existe alguna escuela de diseño que te haya llamado la atención especialmente?
Hace tiempo seguía como referente el diseño conceptual que se realizaba en escuelas como la de Eindhoven, o toda esa corriente que Droog Design aportó a Holanda; de Rotterdam también salían muchas cosas. Pero, como en todos los campos, van brotando nuevas tendencias. Ahora parece recibir más atención el minimalismo del diseño nórdico, y ciudades como Estocolmo o Copenhague están haciendo cosas interesantes. Pero no podría decir que el mejor diseño se da en un sitio puntual, lo interesante es que haya de todo y que se vaya experimentando y evolucionando. Actualmente me llaman la atención proyectos de experimentación entre artesanía y diseño que ocurren en algunos puntos de Estados Unidos. Son expresiones más amplias, sin tantos referentes, y que estética y conceptualmente despiertan más inquietud en mí.
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¿Y sigues el trabajo de otros diseñadores? ¿Quién es tu favorito?
Sí, en la medida que puedo, suelo estar actualizada sobre lo que está pasando a través de los blogs. En cuanto a marcas, tengo amor absoluto por los productos de HAY, toda su colección de piezas de escritorio y papelería es realmente preciosa. Ladies & Gentlemen hacen un diseño de producto particularmente sofisticado e inteligente. Y siento gran admiración por el trabajo de Formafantasma, Studio Swine, o Al Que Quiere.
Tus objetos parecen cobrar vida cuando caen en las manos de una persona. ¿Qué sentimientos buscas evocar a la hora de crear?
Me atrae mucho el mundo “objetual”: el tacto, el valor sentimental, la simbología, los recuerdos, lo escultural que puede llegar a ser algo por sí solo... Voy jugando con todo, y ese es el resultado de mi trabajo. Es lo que me motiva y lo que intento transmitir en mis piezas.
¿Qué personas y lugares te inspiran?
Aparte de Instagram, que te permite estar en constante inspiración y contagiarte de otras personas que también están haciendo cosas, y donde tu trabajo puede ser visto de manera fácil e inmediata, también me fascina la artesanía de otros países, culturas o civilizaciones. La orfebrería, la cerámica o la joyería tienen ese punto manual y de ornamentación que me atrae mucho, y las casas de antigüedades o los rastros también son parte de mi obsesión. Y, a la par que la artesanía, la moda también me inspira mucho: las formas, los volúmenes, las texturas, colores, los detalles en los acabados... son conceptos que también aplico a la hora de proyectar. El diseño textil es una de mis asignaturas pendientes, siempre he cosido y me he interesado por el patronaje.
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¿Dónde se producen los objetos?
He ido produciendo los objetos en diferentes espacios de Barcelona, pero ahora mismo tengo un pequeño taller en casa que, por mis circunstancias, me resulta bastante cómodo. La mayoría de las piezas las realizo yo, a excepción de las que exigen (por procesos de fabricación) máquinas con las que no cuento, como el torneado de madera. De hecho, no puedo saber bien si este tipo de productos son económicamente viables o no, depende de con qué tipo de negocio lo compares. Sí puedo decir que hay bastantes oportunidades de mostrar y vender entre tiendas, espacios y eventos, cada vez hay más iniciativas y gracias a ello la gente va teniendo más consideración por esta serie de procesos hechos a mano y donde se cuidan el producto y los detalles finales.
La textura de tus objetos es un elemento que siempre llama la atención, ¿con qué materiales prefieres trabajar?
Sí, es el elemento más presente en todos los objetos que realizo, y muchas veces el punto de partida. Me fijo mucho en las texturas de los materiales, voy almacenando todo aquello que encuentro y que en algún momento me puede llegar a servir. La madera ha sido hasta ahora el hilo conductor en muchas de mis piezas. Como he dicho antes, suelo usar la técnica del torneado, pero en contrapunto, es un proceso que no puedo realizar yo por no conocerlo bien, así que intento proyectar piezas cuya fabricación se pueda elaborar de una forma artesanal y bastante directa. Por eso empleo el moldeado para copiar piezas en serie. Aparte de la madera, hay materiales que también voy repitiendo, ya que funcionan bien y son muy versátiles.
Los objetos número 5, 6, 7 y 8 simbolizan los emblemas característicos de una tribu imaginaria. ¿Cómo llegaste a esa idea?
Este proyecto tiene una carga emocional y experiencial. No tenían más utilidad que la de proteger y ser protegidos. Proteger en el sentido figurativo, como los antiguos tótems que protegían y representaban a una tribu. Mediante estas composiciones y materiales, creé una simbología propia que los reconociera como únicos en su especie. Se formalizaron en cuatro figuras, a modo de móviles y artefactos colgantes, donde la fuerza visual se centraba en las confecciones textiles a base de telas de colchones antiguos que recopilé durante años, y que para mí forman parte de la memoria colectiva, ya que aportaban un elemento nostálgico y contextual de mi lugar natal.
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¿Hay algún festival de diseño que no te pierdas ningún año?
Por proximidad he ido varias veces al Fuori Saloni, que se celebra al mismo tiempo que la Feria del Mueble de Milán. A nivel europeo es una buena representación de lo que está pasando, encuentras trabajos de nuevos diseñadores, escuelas, proyectos de investigación, marcas consagradas, arte... es muy inspirador y enriquecedor. También la Imm Cologne o la DMY en Berlín merecen mucho la pena. Pero hay más citas a las que me gustaría poder ir próximamente, como la London Design Week, la Maison&Object de París o la feria Offsite que organiza la revista Sight Unseen en NY.
¿Cuales son tus planes para el futuro?
En un futuro cercano, seguir elaborando nuevas piezas. Más adelante me gustaría probar a exponer en ferias de diseño o realizar alguna colaboración con otro proyecto de una disciplina distinta. También quiero volver un poco al diseño de mobiliario, que lo he dejado abandonado, y sobre todo poder dedicarme únicamente a esto, ya que durante todo este tiempo lo he ido compaginando con otros trabajos.
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