Hablamos con Lázaro Tótem, ilustrador y creativo español que presenta su nueva exposición Delirium en la Swinton Gallery de Madrid, donde a través de papel y lápiz, el artista abre una puerta a su mundo interior, mostrando sus miedos más oscuros y absurdos, sus delirios. La realidad de la carne y el rostro a base de grafito y tinta roja; la sangre que baña la certeza de la vida y de la existencia. Una realidad arropada por la sombra del surrealismo, corriente que envuelve toda su obra.
Lázaro nos abre las puertas de su corazón artístico, un lugar lleno de crudeza visual pero con el espectro de lo surrealista impregnado en su obra que no deja indiferente al espectador. Con no más elementos que grafito, tinta y papel, el artista desnuda su alma ante el pabellón, mostrando sus más desesperados miedos e inquietudes a quien sea capaz de apreciarlos. Luces y sombras para representar la arquitectura del cuerpo, del rostro; lo esencial y primigenio de la existencia. Un delirio que invita a meditar sobre lo más básico y primitivo: la vida. Porque la vida es sueño, y los sueños, Delirium son.
Muchas veces, la profesión de una persona viene un poco condicionada por su infancia y el círculo social y profesional de sus progenitores. Rodeado de elementos y personas del mundo artístico, ¿crees que ha sido el tuyo uno de esos casos?
Sí, desde luego. Toda mi obra es un catálogo de imágenes, vivencias, obsesiones y miedos del pasado; estoy increíblemente influido por los recuerdos y sensaciones acumuladas durante mi infancia.
Siempre has dicho que tu padre ha actuado como una especie de mentor en los inicios de tu carrera. ¿Cómo ha influido esto en tu evolución como artista?
Cuando era pequeño me acostaba y levantaba viéndole en la mesa de dibujo de su estudio; a los diez y seis años comencé a trabajar con él aprendiendo la profesión y empapándome de todo su mundo gráfico y creativo. La influencia de mi padre es absoluta, podría decirse que en muchos aspectos él ha sido mi Tótem.
¿Qué otros artistas, ya sean ilustradores, fotógrafos o cineastas, son referentes para ti o han influido en tu obra de alguna manera?
A los nueve años descubrí al surrealista H.R. Giger y desde ese momento supe que quería dibujar y dedicar mi vida a hacer arte. Estudié su técnica minuciosamente (de ahí mi acercamiento a las obras oscuras y la consiguiente obsesión por este tipo de imágenes). Después comencé a estudiar a los grandes surrealistas: Salvador Dalí, René Magritte... Gracias al programa de televisión El Planeta Imaginario descubrí mi fascinación por las artes y las vanguardias, en concreto por el futurismo, dadaísmo y surrealismo. Cuando terminé mi primer master de ilustración editorial empecé a centrarme en los ilustradores; Alex Ross (por su realismo), Sergio Toppi (por su construcción en tinta) Juan Gimenez, Moebius... casi todo el elenco de ilustradores de los ochenta. En cuanto a fotografía, alucinaba con la obra de Joel Peter Witkin y como grandes influencias del cine, me fascinaban los universos de la película Alien y la Guerra de las Galaxias.
¿Qué intentas expresar a través de tu obra? ¿Hay denuncia social detrás de tus ilustraciones?
Mi obra es un museo psicológico de mis inquietudes, con el surrealismo como hilo conductor. Habla de la creación y destrucción, de las edades de la humanidad, los planetas... Lo primigenio; las texturas ancestrales como la piedra, las grietas, las raíces, el origen de todo. La denuncia social ha sido dejar mi profesión como creativo publicitario y dedicarme al arte.
Entonces, respondiendo a la siguiente pregunta, después de trabajar varios años como creativo gráfico bajo las órdenes de diversas agencias de publicidad, decidiste que lo tuyo era la ilustración pura y dura y te hiciste freelance, ¿cómo ha afectado este cambio a tu vida?
Ahora soy feliz. Antes era un esclavo rodeado de lo que yo denomino “neo tiranos”, sobre todo en mis últimos cinco años de profesión.
Hace unos días, estrenabas exposición en la galería Swinton de Madrid. ¿De qué habla Delirium? ¿Qué nos encontraremos si nos acercamos a Swinton and Grant?
Delirium habla de todos los sentimientos que he ido acumulando a lo largo de los años, cosas que estaban profundamente guardadas y que ahora salen a la superficie, codificadas en imágenes realistas pero siempre con el misterio y la fascinación del surrealismo, corriente que envuelve mi obra y mi vida desde hace mucho tiempo. Me encantaría que las personas que entren en la galería, ante todo tuviesen una respuesta emocional, ya sea positiva o negativa y sobre todo que el espectador se sienta atrapado por esta mitología que he creado con gran cariño. Delirium es cordura cero, cloroformo para el cerebro.
Grafito y tinta. ¿Qué significado tienen estos materiales y técnicas en tu obra?
Desde siempre me han interesado las obras con muy poco color, y quería trabajar con lo que creo, con los materiales más humildes: papel y lápiz. El círculo se cierra cuando doto de significado la negrura del grafito con las texturas de la piedra, del barro y el fuerte contraste del color rojo (la sangre y el fuego). Sin duda son los elementos primordiales en mis ilustraciones.
Y para terminar. ¿Cuáles son los proyectos a corto y largo plazo de Lázaro Tótem?
Estoy estudiando la pintura mural, que cada vez me gusta más, tengo un libro de ilustraciones en curso y mi gran proyecto a medio-largo plazo es llevar mi estilo al tatuaje.
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