La música es uno de los mayores y más admirados detonantes de expresión actual. A través de ella somos capaces de transmitir sensaciones que sobrepasan los límites culturales, uniendo, mediante la conjunción de sonidos, a personas con un objetivo común: disfrutar. Y eso es precisamente lo que YYIOY, Wi-Fiji y Jp buscan conseguir con Jazzz, el nuevo colectivo artístico de la escena madrileña que llega hoy al Café La Palma para reunir, bajo una amalgama de estilos musicales, un sentimiento de creación asentado en las bases de una experiencia jazzística que permita explorar diferentes proyectos y ámbitos artísticos.
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¿Qué tiene el jazz para que os sintáis tan identificados con su esencia, hasta el punto de hacer de él vuestro nombre?
Todos nosotros escuchamos jazz desde pequeños, así que muchas de nuestras influencias musicales vienen de este estilo, que además es el origen de gran parte la música de la segunda mitad del siglo XX. Además, nos atraía su papel histórico y social durante la etapa de la Ley Seca en Estados Unidos y la relación con la mafia, lo clandestino, lo prohibido... No podemos negar que la historia daba juego, y es divertido crear un paralelismo con la escena madrileña actual, que pensamos que demanda nuevos estilos musicales.
Con el concepto de fiesta mensual, el aporte de exclusividad viene de la mano, ¿es una forma de acercaros al germen de las antiguas fiestas clandestinas de Chicago, donde el propio jazz y el alcohol –ambos prohibidos– se expandían en todas las direcciones?
Sí, desde luego, como comentábamos el nombre es un homenaje a las fiestas clandestinas y al movimiento underground que generó el jazz en esa época, tanto musical como socialmente. Pero no queremos que sea algo "exclusivo", nuestro objetivo es que sea un lugar de reunión del que puedan salir también otros proyectos interesantes, de ahí la idea del colectivo artístico.
Mezclaréis diferentes estilos como el future R&B, hip hop, dancehall, house… ¿Es el gancho para atraer a todo tipo de públicos? ¿O quizás somos ahora más eclécticos musicalmente, y por eso demandamos la variedad sin límite?
En realidad, nuestra opinión es que hoy en día ya no existen géneros musicales como tal. El panorama actual –y no solo el musical, también la moda o la fotografía, por ejemplo– es cada vez más abierto y cambiante, gracias a internet y a las redes sociales. Ello supone que el público sea más exigente, sí, pero a la hora de poner música es mucho más divertido porque hay más variedad y novedad, lo difícil es estar al día.
Cada uno por separado tiene un perfil que busca y encuentra la creación constante; ahora, con Jazzz como unión, ¿se ha constituido una explosión artística completa?
La verdad es que los tres tenemos perfiles creativos, no solo en la música sino también en otras vertientes como son el diseño gráfico o la moda. Nos complementamos bastante bien y de ahí surgió la idea; no solo como fiesta mensual, sino como colectivo para ir abriendo nuevos caminos y colaboraciones en otros ámbitos.
Os presentaréis hoy en Café La Palma, un lugar donde Madrid no deja de expresarse cultural y musicalmente, ¿qué esperáis en este primer encuentro?
Nuestro objetivo es que la gente conozca Jazzz, lo pase bien, disfrute, y que sea un nuevo lugar de reunión en la noche de Madrid.