Como testimonio de su talento en la infancia, en la que aprendió a hacer voces para anuncios de televisión, las distorsiones vocales de Lalita se combinan con la batería, la electrónica y la glosolalia esotérica para crear un sonido moderno y místico a la vez. Trabajando con el sintetizador buchla, Lalita encontró un mundo sin las limitaciones de las escalas tradicionales, el instrumento proporcionó una experimentación ilimitada para la artista, cuya práctica de grabación y superposición de voces se implementó en la producción de Trececerotres para elaborar una multiplicidad de mundos sonoros.
En otoño de 2017, Daniela Lalita estrenó una pieza artística de performance titulada Madre: a disruptive environment. Aunque las artes visuales, la escultura y la alta costura fueron los medios artísticos en los que Lalita presentó por primera vez su visión al mundo, Madre proporcionó el entorno introductorio para que el sonido musical de Lalita tomara forma; el sonido que escuchamos en su primer EP. Parte de su genialidad y talento está en su concepción de la voz como instrumento, la voz en sí misma como un lenguaje, que se reconoce en lugares insospechados. Recordándonos a My Brigthest Diamond en cuanto a la precisión de su expresión, a Grimes en lo perfomático, y Björk en lo visceral, Lalita presenta un trabajo multidisciplinar cuyo significado ha sido su propia salvación; su punto de partida estando en paz consigo misma.
Hablar con ella es un absoluto regalo. Tuvimos la oportunidad de conversar con ella sobre su trabajo en vísperas del lanzamiento del EP, y disfrutar de su fascinante imaginario, y su increíble historia familiar; una interesante reflexión sobre el poder de la música exquisitamente recogido en su música.