Todas las librerías tienen su encanto particular, ya sea por el olor a papel que desprenden o por la magia que se esconde tras sus estantes. Casa Usher acaba de abrir sus puertas y ya se está haciendo un hueco entre el montón de librerías que hay en Barcelona. ¿Su particularidad? Sus fundadores, María F. Serra, Anna Herranz y Gerard Granados, querían hacer algo más que vender libros, así que idearon un espacio con unos rincones preciosos donde podemos pasar un rato agradable con un buen libro y además, acompañarlo con una copa de vino.
El nombre de Casa Usher tiene un trasfondo literario, ya que remite a la novela de Edgar Allan Poe. Pero, ¿qué tiene este relato de especial para que lo eligierais como identidad de la librería?
Lo escogimos por tres motivos. El primero de todos es porque el relato de Allan Poe nos gustaba mucho a los fundadores. También porque había una tienda de cosas de segunda mano en Poblenou que se llamaba Casa Usher y a la que yo iba mucho e idolatraba. Allí podías encontrar discos raros, entradas de conciertos, juguetes de cuando eras pequeño, libros, etc. Un día fui y me dijeron que había cerrado porque el dueño había muerto, así que quise hacer algo con ese nombre. Por último, cuando llegamos a este local, la distribución era como una casa; había cocina, habitaciones y todo. Así que supongo que estas tres cosas se congregaron y al final lo llamamos así.
Tengo entendido que sois tres los que habéis forjado este lugar. ¿Quiénes hay detrás de la librería?
Pues estamos María Fernández Serra, Anna Herranz y yo, Gerard Granados, y los tres venimos del sector del libro, hemos trabajado en editoriales, distribuidoras y en librerías como La Caixa d’Eines, Proa, La Casa del Libro, etc.
Si nos pasamos por Casa Usher no solo podemos adquirir un buen libro, sino que además podemos acompañar la lectura de una copa de vino o de un café. ¡Esto es genial! ¿Cómo surgió la idea de abrir una librería con cafetería/vinoteca?
A nosotros nos gusta mucho el tema del vino y, aunque no somos expertos, nos interesaba la idea de introducirlo en la librería. Además, tenemos gente cerca que se dedica a esto y que nos puede asesorar bastante. También hay una librería en Madrid llamada Tipos Infames donde maridan el libro con el vino, nos gustaba bastante y vimos que en Barcelona no había nada parecido. Lo que hemos hecho, pues, es una pequeña carta de vinos catalanes, ecológicos y de proximidad. Al encontrar un sitio tan bonito, con un patio tan agradable, quisimos añadir la idea de que la gente viniera, escogiera un libro y pudiera tomarse algo; un café, un té o un vino, un poco para que todo el mundo pudiera elegir. Nos encanta que la gente venga a pasar un rato aquí, en Casa Usher, como si estuvieran en su casa.
Cuando abristeis Casa Usher, ¿cuál era vuestra filosofía?
Sobre todo queríamos tener una buena selección de títulos de las editoriales que más nos gustan y que creyéramos que podían gustar a la gente. Desde el principio también era muy importante el trato con el cliente, que fuera muy cercano; conseguir cualquier libro que la gente necesite, aunque sea de segunda mano, remover cielo y tierra para que cada persona se sienta bien asesorada. Y, por último, el espacio, queríamos marcar un poco la diferencia en este aspecto.
Y ahora, ¿creéis que lo habéis conseguido?
Sí, la gente está muy contenta. A este barrio le faltaba esto, algo cultural. La gente, cuando viene y lo ve todo, vuelve y hasta se emociona. Otra cosa bastante indicativa son los encargos, hay un gran circuito de gente que nos pide cosas.
Estos dos últimos años han crecido notablemente las librerías independientes, pero también muchas han tenido que cerrar a causa de la crisis del sector editorial. Vamos, que nos encontramos en un momento potencial y crítico a la vez. ¿Por qué apostasteis por abrir una librería justo ahora?
Yo creo que el libro sigue gustando, el que es lector no lo deja. De hecho, hemos diseñado una bolsa que pone “Yo también huelo el libro”. El modelo editorial anterior era un modelo de grandes superficies, como el FNAC o La Casa del Libro. Estas aún funcionan, pero ahora la gente se siente más atraída por tiendas un poco más pequeñas, hay un contacto más cercano. Luego las actividades hacen que el público participe y también es importante interactuar con el lector. Por eso creo que las pequeñas están triunfando más que nunca.
El sitio donde estáis instalados tiene un encanto especial. ¿Qué era antes de ser una librería? ¿Cómo fue el proceso? ¿Decidisteis abrir una liberaría y os pusisteis a buscar espacios o fue el local que os encontró a vosotros y dijisteis vamos a hacerlo?
El local antes era una bodega de barrio, hay gente que siempre lo recuerda como un sitio “de mala muerte”. Se llamaba Bodega Pascual y llevaba abierta desde 1925, aunque el edificio es de 1910. La mitad era bodega y la otra mitad era vivienda. Desde que se murió la madre del señor que la llevaba ya no había nada, así que cuando llegamos estaba todo hecho añicos, fatal. Y respecto a nuestra historia, yo había trabajado con María en la librería Excellence y con Ana en La Casa del Libro, y ellas dos habían trabajado en La Caixa d’Eines. Hacía tiempo de que hablábamos de este proyecto, y a raíz de un ere dimos el gran paso. Al principio buscamos por Sants y por Sant Gervasi. Yo dije una frase que recuerdo mucho: “Tendremos que ver miles de locales antes de encontrar el bueno”. Pero no fue así, dimos con el local ideal a la tercera visita. Yo lo vi y me acuerdo que me puse detrás del hombre que nos lo enseñaba, miré a las dos chicas y les dije con la mirada “se ha acabado la búsqueda”.
¿Os parece Sant Gervasi un barrio adecuado para este tipo de comercio?
Sant Gervasi es un barrio muy lector. A veces partimos de clichés, y al principio no sabíamos si este barrio sería muy pijo, pero hay de todo. Ya lo conocíamos un poco porque habíamos trabajado en Excellence, que está cerca. Lo que hicimos fue coger un mapa y situar todas las librerías de referencia en Barcelona. Era muy gráfico, porque desde arriba hacía una ese y bajaba hasta el centro. La mayoría se focalizaban en Gràcia, donde hay 36, y las demás en el centro. Pensamos que en esta zona faltaba alguna, así que nos pusimos manos a la obra.
Contadme un poco acerca de cómo está distribuida la tienda. ¿Lo habéis organizado de alguna manera especial?
Nos gustaba mucho la idea de "estructura de casa" para que la gente fuera descubriendo lo que había en ella. Teníamos muy claras las secciones, y luego consistió en ponerlas en orden con el espacio. La parte del mosaico modernista está conceptualizada para ir a pasar un rato, y también por si llueve, ya que es un lugar muy agradable.
¿Qué tipo de libros hay escondidos en las estanterías de Casa Usher? ¿Cómo seleccionáis aquellos que van a estar en la tienda?
Hay una selección inspirada en los gustos personales de los tres fundadores. Tenemos unos gustos similares y hemos ido creando algo así como un criterio, que no sé si es bueno o malo, pero que de momento está gustando. Hay editoriales que nos atraen mucho como Impedimenta, Esteroide, Nordica Libros o Lumen. Pero tenemos que decir que tampoco desmerecemos algunas obras importantes como las de Ken Follet.
¿Entonces también tenéis best sellers u os gusta más centraros en libros independientes?
Nos gusta un tipo más independiente, lo que pasa es que hay libros que hay que tener. Quizás no le damos la misma visibilidad que a los libros de escritores noveles o independientes, pero allí están para vender.
¿Se podría decir, pues, que en Casa Usher os gusta dar visibilidad a nuevos talentos?
Sí, es una de nuestras prioridades. Hacemos algunas presentaciones pequeñas relacionadas con este aspecto. Ahora queremos organizar un acto de poesía con autores poco conocidos, y también preparamos cosas con editoriales pequeñas. Por ejemplo, estamos montando algo con Editorial Comba, que publica libros de autores chilenos que aquí no se conocen, para intentar que tengan más visibilidad.
Como estabas comentando, además de ofrecernos una buena estancia con un libro y alguna bebida, también hay un montón de eventos culturales, como talleres, presentaciones y exposiciones. ¿Qué eventos o talleres podemos encontrar en Casa Usher?
No queremos ceñirnos a algo concreto, la idea es hacer exposiciones, sobre todo temas con niños, poesía, catas de vino, un poquito de variación. El otro día nos vino a presentar una novela un chico que es conocido en Asturias y que tocaba música rock, así que intentamos hacer algo instrumental. No tenemos una idea fija, vamos un poco sobre la marcha.
Necesitabais reformar el local y conseguisteis financiación a través de una plataforma de crowdfunding. ¿Os esperabais tan buena acogida sin haber siquiera abierto la tienda?
La verdad es que un poco sí, cuando inicias un proyecto cultural o literario la gente está más dispuesta a colaborar. Pero no nos imaginábamos que sería tanta. Como llevábamos mucho tiempo en el sector y conocíamos a mucha gente, sabíamos que la gente respondería positivamente. Pero superamos bastante lo que pedíamos en el crowdfunding y fue una gran sorpresa.
Antes me decías que uno de vuestros referentes es la librería de Madrid de Tipos infames, que también fusiona los libros con el vino. ¿Os habéis inspirado en algún otro referente?
Tipos Infames era una pequeña inspiración, pero nosotros no le damos tanta importancia al vino. Yo siempre digo que nosotros somos un 85% los libros y un 15% el complemento del vino. No tenemos ningún otro referente directo, pero quizás hay algunas librerías como la Calders o la No Llegiu, que hacen las cosas muy bien, y que tenemos un poco la misma línea.
¿Qué libros imprescindibles de Casa Usher recomendarías a los lectores?
Hay muchos, pero ahora podría recomendar uno de la editorial Rayo Verde que se llama El Vigilante, es una novela negra. También están muy bien el de Sumisión de Michael Houllebecq y El Impostor de Javier Cercas.
Qxxcew7gbeowxxosr4gh.jpg
Nq2ngh6rcclsrqbj4cbw.jpg
Vnhtwpricicxyqhv6iit.jpg
G0yumtkwdz5tqpbl4fe3.jpg
Dtiofuqkv3hm9sqvojsp.jpg