“Consejos vendo que pa’ mí no tengo”, dice Adela en la entrevista al hablar de las situaciones plasmadas en sus viñetas, que ilustran lo delirante, surrealista y contradictoria que pueden llegar a ser la propia existencia y el comportamiento humano, ya sea individual o colectivo. El desamor, el narcisismo, el miedo al compromiso, las ambiciones, el egoísmo. “Movidas y más movidas”, dice. El ser humano está lleno de temores, necesidades y carencias y, siendo ella una más, Adela hace el valiente ejercicio de tomar distancia para que nosotros nos veamos desde fuera y, con suerte, nos podamos entender un poquito más.
Cuando la conocí por primera vez, a finales de octubre, estaba en el Utopia Markets vendiendo algunas de sus ilustraciones. Al preguntarle cuál era su favorita, la respuesta fue rápida y, mientras confesaba estar pasando por una crisis profesional –ella es médica de formación y profesión–, señalaba una viñeta de dos personajes en la que uno lo confiesa al otro: ‘Tengo miedo de perder mi trabajo’, a lo que el compañero responde: ‘Y yo de conservarlo…’. Algunos meses más tarde, quedamos para sentarnos y charlar sobre su trabajo, vida y la de los demás.