Seis documentales creados por seis cineastas mexicanos que nos muestran seis versiones distintas de una misma realidad: la vida y la cultura, desde su historia, los conflictos y las costumbres, la creación, la destrucción y reconstrucción, las heridas y la esperanza en México. Desde dentro y sobre todo para fuera, En los ojos de México quiere captar la atención del extranjero con estas historias de revelación y concienciación.
El departamento de documentales de opinión de The New York Times, Op-Docs, nos presenta esta serie de cortos documentales de opinión sobre México desde los ojos de cineastas de esa misma nación, donde cada uno relata su visión sobre situaciones vividas por muchos mexicanos pero poco conocidas en el exterior. “Esta serie no busca retratar México de manera abarcadora, sino que se espera que la audiencia piense al país de nuevas maneras a través de la mirada de los artistas para quienes México es un hogar”, explica The New York Times.

Además de captar la atención del extranjero con estas historias de revelación y concienciación, esta es una iniciativa para dar visibilidad a la industria cinematográfica mexicana, además de ser una oportunidad para sus cineastas y talentos emergentes, que nos presentan una mirada sobre su país natal.
Ciudad herida, de Diego Rabasa y Santiago Arau Pontones, es un documental que mediante tomas grabadas desde un dron explica el terremoto que sufrió la parte central de México en 2017, captando las graves e inmediatas consecuencias del desastre mientras se narra el relato cautivador de una de las metrópolis más grandes del mundo, Ciudad de México.
Niños en la narcozona, de Everardo González, habla sobre la complejidad de educar en un clima de violencia. Se explica mediante la historia de un maestro de un centro de educación primaria que ejerce de profesor a hijos de narcotraficantes y pandilleros, testimonio que se enlaza con la historia de un integrante joven de un grupo delincuente, que discute cómo fue introducido a la violencia durante su niñez.
Un prisionero en la familia, de Indra Villaseñor Amador, trata de la historia de Alberto, que padece una enfermedad mental llamada Korsakoff y de cómo esta ha hecho que lleve encerrado ya más de veinte años en el patio de su propio hogar, cerca de su madre, de su compasión y de la comida hogareña.
El buzo, de Esteban Arrangoiz, es un agradecimiento a todos aquellos que desempeñan la labor de despejar las enormes coladeras y el sistema de aguas negras y residuales de la urbe de la Ciudad de México. El documental nos hace entender cómo este trabajo resulta indispensable para disminuir el riesgo de inundaciones y, sobre todo, cómo ayuda a mantener en funcionamiento el complejo de drenajes de la ciudad mexicana.
La palabra justa, de Sergio Blanco, es un documental que explica –y que se cuestiona– cómo es posible garantizar el acceso a la justicia cuando falla la comunicación y el entendimiento. El documental denuncia la falta de traductores e intérpretes que ayudan a crear puentes de comunicación entre aquellos que hablan distintas lenguas dentro de un mismo país.
Unsilenced, de Betzabé García, nos cuenta la historia de el activista Atilano Román Tirado, que fue asesinado durante la transmisión de un programa de radio para residentes desplazados, como él, de un poblado rural de México. Este documental busca honrar a todos aquellos que han arriesgado y han sacrificado sus vidas por la justicia, el amor y la paz.
En los ojos de México quiere retratar a personajes y a sus historias, estas que no son tratadas usualmente en los medios globales, pero que sin duda dicen algo sobre cómo es el país hoy en día. Se convierten, entonces, en pequeñas muestras de la realidad mexicana, breves crónicas de actualidad pero con mucho contexto, con mucha raíz, con mucha memoria histórica. Lo de hoy entendido desde el ayer hasta el más estricto ahora; ya que México es todo lo que es por todo lo que ha sido.