Que la figura humana puede ser deformada a través de la vestimenta no es ningún secreto. De hecho, Cristóbal Balenciaga decía que un buen modista tenía que ser arquitecto de la forma. A veces oprimido, a veces liberado, escondido o mostrado, la mujer ha vestido su cuerpo a lo largo del tiempo según el contexto social e histórico de cada época. Partiendo de esta premisa, la exposición El cuerpo inventado quiere presentar una reflexión acerca de la relación cuerpo-moda abordando las principales siluetas de la vestimenta de los últimos cien años. Dirigida por ProjectRoom y organizada por Collectors Collective, permanecerá abierta al público hasta el próximo 15 de diciembre en la Sala Azca de Madrid.
La exposición gira alrededor de las cuatro siluetas femeninas con más relevancia del siglo XX según los comisarios de la exposición, Marta Blanco y José Luis Díez Garde. Las siluetas comparten protagonismo con el papel de las célebres mujeres del ámbito de la cultura y del espectáculo las que consolidaron: Madonna, Claudia Schiffer, Rita Hayworth, Audrey Hepburn, Sophia Loren o Lady Gaga. Con casi ochenta prendas de Gucci, Christian Dior, Givenchy, Mainbocher, Issey Miyake o Comme des Garçons, la exposición se conforma como un espectáculo visual para cualquier amante de la moda.

Al repasar la historia del traje femenino, podemos ver cómo en cada época ha predominado una silueta y un canon estético diferente. Desde la silueta tubular que surgió en los años 20 junto con las ansias de libertad de las mujeres, que dibujaba una línea cilíndrica en sus cuerpos, escondiendo así sus curvas, a la silueta de triángulo doble utilizada por Dior en su colección Corolle (1947), con la que inauguró un nuevo capítulo en la moda: el llamado New Look. Después de la destrucción, el horror y el sufrimiento de la II Guerra Mundial, intentó devolver el glamour a las mujeres recuperando el canon estético de la hiperbolización de la feminidad –pecho destacado, cintura estrecha y caderas prominentes.

La exposición sigue repasando los cambios en la figura de la mujer con el análisis de la silueta globular de Cristóbal Balenciaga, una de las grandes novedades del siglo XX: a partir de un círculo imaginario sobre el contorno de la mujer se vuelve a esconder el cuerpo femenino. En los 80, modistas japoneses como Issey Miyake volverán a explorar esta silueta en su afán por la abstracción del cuerpo en sus diseños. Esta es una de las grandes reflexiones que se trata de despertar en los visitantes: en la historia del traje femenino de Occidente se han ido repitiendo las siluetas.

Por último, se presenta la silueta anatómica, que surgió con la emancipación de la mujer. A partir de los años 60, el papel de la desnudez en la vestimenta femenina se eleva a otro nivel con la aparición de la lycra, la mini falda o las transparencias. El momento culminante parece ser la inolvidable alianza creativa en los 90 entre Jean Paul Gaultier y Madonna, que transformó la ropa interior en exterior. De esta forma, y a modo de broche final, la exposición termina con una reflexión sobre la tiranía de lo visible y del cuerpo desnudo, que aparece como exageración del traje anatómico.
La exposición El cuerpo inventado se puede visitar hasta el 15 de diciembre en la Sala Azca, Av. del General Perón, 38-40, Madrid.
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