Charlar una hora y media con una pamplonesa, Capricornio y proyecto de Motomami girlboss ha sido cuanto menos revelador. Después de estar trabajando 2 años dentro del estudio y dentro de su cabeza, ha creado (¡por fin!) su primer álbum que tanto deseaba hacer ella y que tanto esperábamos escuchar nosotras. Tiene que ser para mí es su título, el mantra que asegura repetirse constantemente para alcanzar todo aquello que se propone y convencerse de que es bien merecido. Una oda al selfcare diluida en doce canciones que no se ciñen a un único género musical, sino que nacen de la absoluta espontaneidad y libertad por la que tanto ha peleado la cantante. Y no, no me refiero a luchas contra grandes discográficas ni managers maquiavélicos, hablo de las peleas que todas tenemos contra nuestros propios fantasmas y que nos impiden avanzar, aunque no los sepamos identificar.
Sumado a este trabajo personal y profesional, Natalia ha tenido la suerte de encontrar personas que se lo han hecho todo más fácil. Luz, María, Paula y Teresa formaron la Tiny Band hace casi 3 años y desde entonces defienden el proyecto de la cantante como propio, con una pasión y una generosidad que solo puede ser fruto de una verdadera amistad y amor entre ellas. Hace un tiempo Natalia cantó a lo inevitable, a los amores que tienen que ser, contra todo pronóstico. Contradiciéndola, no creo que se sea cuestión de suerte, sino de saber atraer lo que una merece.
Sumado a este trabajo personal y profesional, Natalia ha tenido la suerte de encontrar personas que se lo han hecho todo más fácil. Luz, María, Paula y Teresa formaron la Tiny Band hace casi 3 años y desde entonces defienden el proyecto de la cantante como propio, con una pasión y una generosidad que solo puede ser fruto de una verdadera amistad y amor entre ellas. Hace un tiempo Natalia cantó a lo inevitable, a los amores que tienen que ser, contra todo pronóstico. Contradiciéndola, no creo que se sea cuestión de suerte, sino de saber atraer lo que una merece.