Iván Cicchetti y Cintia Ramírez son los responsables de Espositivo, un espacio de arte en el corazón de Malasaña, en Madrid, que promueve la libertad creativa y el contacto con el público. “No nos gusta que nos llamen galería, ni academia,” dicen ellos. No hay un término exacto. Creo que hoy en día no hace falta etiquetarlo todo porque hay conceptos que se escapan y nos limitaría. Simplemente trabajamos con lo que nos parece sincero y nos gusta.”
A finales del año pasado inaugurasteis Año Uno, ¿en qué consiste?
Conceptualmente significa cerrar el ciclo de 2016 y empezar otro. El motivo de titularlo Año Uno es porque 2017 en numerología suma 10. Diez es uno más cero que es el Año Uno. Nos informamos sobre cómo se presentaba este año y nos comentaron que iba a estar marcado por el liderazgo. Energéticamente estará muy cargado y queríamos hacerle honor a nuestro nombre organizando una exposición muy positiva. Hemos reunido obras con buena energía, con sentimiento de cambio y de reflexión para darle la bienvenida al nuevo año. De hecho Wences Lamas y el tarot están muy relacionados con este proyecto. Él trabaja desde la sanación y su arte está relacionado con ello. Es una apuesta por algo totalmente diferente. La gente que vino a la inauguración se sorprendió al encontrarse al artista tirando las cartas del tarot que había creado con sus propias ilustraciones. Consistía en una performance de una sesión de tarot, una misa guiada, una experiencia sensorial. En todo momento el expectador experimentó un contacto muy íntimo, introspectivo y meditativo.
Espositivo, tal y como se define en la web, es heterogéneo y cambiante. ¿Por qué este espacio multidisciplinar precisamente en Malasaña?
A decir verdad, este proyectó empezó aquí porque todos los que lo iniciamos vivíamos en Malasaña. En este barrio, lleno de gente joven, había centros de arte pero no cómo queríamos hacerlo nosotros.
¿Cuándo nace Espositivo? ¿Cómo surge?
Empezamos creando un evento en un local distinto al que es Espositivo ahora pero también en Malasaña. El evento tenía un soporte audiovisual y música en directo en el que un artista mostraba su obra. Nos dimos cuenta de que no todo el mundo que acudía apreciaba el arte sino que venía con otros intereses, así que empezamos a pensar en otro proyecto que cumpliera la exigencia artística que nos motivaba a nosotros para crecer como individuos y grupo social con la intención de aportarnos algo. En el inicio de Espositivo, una vez ubicados en este local, éramos siete socios: un fotógrafo, un director de cine, un arquitecto, dos periodistas, un director de fotografía y un diseñador. Después de un año me quedé solo frente al proyecto al que posteriormente se incorporó Cintia. Realmente empezamos un grupo de gente que éramos amigos de algunos artistas, Borondo, Desi Civera, An Wei, Nemo’s… Durante cuatro años nos reuníamos en un piso en el que vivíamos, pintábamos, venían artistas a pasar unos días… La idea era buscar un espacio para crecer. Es por ese motivo que nos cuesta encontrar un término para definir este espacio. No nos gusta que nos llamen galería, ni academia. No hay un término exacto. Creo que hoy en día no hace falta etiquetarlo todo porque hay conceptos que se escapan y nos limitaría. Simplemente trabajamos con lo que nos parece sincero y nos gusta.
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Además de exposiciones realizáis cursos de dibujo, pintura al óleo, ilustración y cerámica. Contadnos algo más acerca de ello. 
En poco tiempo vamos a abrir otro espacio más, una escuela taller. Y moveremos lo que hacemos aquí porque se nos queda pequeño. Espositivo funciona mucho de boca en boca. Hay gente que viene a tomar las clases de nuestros cursos porque que viene recomendada por otras personas que vinieron con anterioridad. Ahora dividimos la semana entre cursos y exposiciones y queremos destinar un espacio para cada actividad en horario completo.
La galería abarca arte, diseño, comunicación, audiovisuales, tecnología… ¿Existe alguna otra vertiente que os gustaría incluir? ¿Cuál es el próximo proyecto que tenéis en mente de cara a 2017?
Ahora mismo estamos preparando varios proyectos con muchos de nuestros artistas, y organizando los programas de residencias artísticas. En cuanto a exposiciones dentro de nuestro espacio tenemos todo el año cubierto pero queremos abarcar más, y comenzar a comisariar exposiciones en entidades públicas. También tenemos un programa de tecnología aplicada al arte llamado Espositivo +D en el que pretendemos apoyar las nuevas iniciativas que surgen cada día en este campo. Este mes hemos inaugurado una exposición que recoge la obra de tres generaciones de pintores españoles: Golucho, Paco Lafarga, e Ignacio Estudillo. Son artistas de setenta, cuarenta y treinta años respectivamente. Los escogimos con la intención de encontrar un equilibrio entre artistas emergentes y artistas consolidados. Que uno funcione en pro del otro, dándole alas para que su arte llegue a más gente sintiéndose respaldados. Aunque para nosotros el arte es algo sincero donde la edad no cuenta. La obra habla por sí misma. En este momento tenemos que asumir riesgos, somos del todo o nada. Tenemos mucha energía, muchas ideas y sabemos que tenemos que hacerlo ahora. Como reza el dicho: si estamos en el baile, bailemos. Y nos gusta mucho bailar.
¿Cuál es la relación a modo de puente entre artista y galería? ¿Son ellos los que acuden o bien Espositivo es el que se pone en contacto con ellos? 
Ambas. Hay gente que encontramos por internet, en Instagram, por ejemplo, y nos ponemos en contacto con ellos. Y luego cada día recibimos mails de artistas que quieren formar parte de Espositivo. Nosotros aquí nos encargamos de ver qué nos mandan y más tarde contactamos con ellos. Procuramos conocer siempre personalmente a los artistas para generar una relación cercana desde el inicio. Además hemos creado una residencia de artistas para mantener ese contacto tan estrecho del que hablábamos.
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¿Qué debería querer ofrecer un artista para exponer en Espositivo?
Sinceridad en su trabajo. Es importante que el arte hable de uno mismo, que sea un espejo de nosotros. Precisamente el otro día estuvimos en el estudio de Golucho y como él dice, cada obra es un autorretrato. Aunque no sea explícito es una representación de tu ego y de ti mismo. Lo mismo nos pasa cuando visitamos los estudios de los artistas, son todos autorretratos. Al final, todo es un espejo de nosotros. Espositivo busca personas que estén interesadas en la calidad, no nos interesan las modas. Lo que valoramos no es vender sino crear algo diferente, crear el cambio haciendo lo que nos gusta.
Es evidente la importancia que otorgáis al color. Pudimos comprobarlo a través de la exposición Amarillo con motivo del día Internacional de la Mujer y por #7D2181 comisariada por Bernardo Sopelana, que teñía de púrpura la sala. ¿Qué papel juega en vuestra vida el color y por qué es vuestro medio para conectar con el público?
No es tanto el color, sino la búsqueda del código para transmitir algo. Tratamos de encontrar la forma de comisariar una exposición buscando algo fácil que la gente pueda entender. Nos pareció que el color transmite mucho. En el caso de Amarillo, fue algo que se hizo a raíz del Día Internacional de la Mujer. Nuestra postura respecto a este tema es que si existe la celebración de este día es porque todavía hay un debate abierto, una duda. Aún y así, no queríamos exponer sólo obras de mujeres porque creemos que el debate es de todos los géneros. Escogimos el amarillo porque es un color de género neutro. En el caso de Sopelana, contamos con él para la exposición del Día del Orgullo Gay. Cada año hay una temática distinta y este año tocaba la de la bisexualidad y el color de ella es el púrpura.
¿Cuál es la relación entre la persona que entra a Espositivo y el arte?
Procuramos que en todas nuestras propuestas haya diálogo con el público, provocar algo en el espectador. Este espacio no es un lugar al que la gente viene simplemente a ver un cuadro sino que buscamos que se sientan involucrados. Que vengan aquí y encuentren algo que les transmita, que no les deje indiferentes. Nos encanta comunicarnos con todos los espectadores que entran en Espositivo, preguntando siempre su interpretación. El arte está para crear algo dentro de ti, porque todos somos diferentes y tenemos dentro cosas distintas. La obra se transforma en tu interior y para nosotros es importante que haya un diálogo entre el artista y la persona que viene a disfrutarla. Apreciar el arte es hacerlo tuyo, llevarte una parte de ese artista. Aquí también se pueden adquirir obras desde los cien euros, para demostrar que el arte puede ser accesible, acercándonos a un nuevo coleccionismo. Simplemente es una cuestión de preferencias. La idea es que con ello le permitas una fórmula en la que el artista pueda mantenerse de su oficio y no de otro externo al de su profesión.
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¿De qué modo recibís feedback del espectador?
De tú a tú y a través de redes sociales. Las redes son muy importantes para que la gente se entere de lo que estamos haciendo. Aun así, el objetivo siempre es que acabe en algo físico que es el hecho de venir aquí o a los eventos que organizamos. Pero siempre de un modo complementario, ya que el contacto humano es lo más importante.
¿Creéis que hay límites éticos en el arte? ¿Tenéis en cuenta algún tipo de censura a la hora de programar las exposiciones? 
No, hemos encontrado una fórmula que nos permite ser libres a la hora de elegir a los artistas. Dejando de lado si vamos a vender o no una obra o qué es lo comercial o lo fácil. Evidentemente queremos vender su obra para que los artistas puedan sostenerse, para poder vivir de lo que hacen e ir creciendo pero no es algo que nos condicione. 
¿Cuál es la línea que cruza lo que es arte de lo que no lo es? 
Arte es un término muy genérico y vale para definir muchas cosas. Todo lo que se crea con intención no comercial es arte. Luego depende del enfoque que le des. Nadie está capacitado para decidir qué es arte y que no. Cada persona decide qué es para uno mismo. Simplemente es saber qué te gusta. Para mí es arte el señor que hace unos zapatos a mano, la gastronomía o el niño que pinta una pared; todo lo que sea una expresión propia. Lo que genera la obra se crea dentro de ti, tú lo reformulas y es tuyo.
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