“Molaba más cuando era Crema”. “Va de calle y hace anuncios de Lacoste”. “Es un vendido”. No gustan los cambios o, por lo menos, asustan. A Antón Álvarez le chiflan, los provoca, se lanza a ellos y se expone a las represalias.
Haciendo ruido en un sitio para estallar en otra parte. Con Mala mujer como pico de la transformación del madrileño, se presuponía que Sony lo había cambiado definitivamente, convirtiéndolo en un artista previsible, mainstream, transgresor dentro de los límites. Pero no. C Tangana quería dar un paso atrás para luego meterle gas al negocio. De hecho, en entrevistas a lo largo del verano parecía dejarlo claro; pero, sinceramente, créetelo tú después del remix con French Montana.

Siempre bajo el tempo y la base de Alizzz, durante la última semana se han ido adelantando temas de rollos diferentes, pero que indudablemente dejan atrás 10/15 en términos de producción, bagaje y madurez musical y estética. Además, Carlos Fernández-Pello y su firma de diseño Pulpa llevando la faceta artística dan esa profesionalidad que el cantante lleva clamando por los cielos desde el último año, tanto para él como para el resto del gremio.

Tangana ha subido el nivel este viernes con Ídolo, una declaración pretenciosa a la par que realista del nombre más activo en el panorama musical español.