Trevista nace en 2015, en Barcelona, como revista trimestral a cargo de tres ex-estudiantes de Bellas Artes conocidas como las Trestristestrenzas. Detrás de este ingenioso colectivo se esconden Sara Guerrero, Marta Fernández y Marta Gil, tres chicas con una gran sensibilidad artística y enamoradas de la fotografía. Como dicen sus propias creadoras, la intención era “buscar lo creativo en lo banal, encontrando la inspiración en las acciones cotidianas, colaborando con distintos artistas y actuando como medio para difundir su trabajo.” Ya nos tienen acostumbrados a su dinámica de trabajo: el tema monográfico de cada número es un acto sencillo y cotidiano visto desde la óptica más creativa, explotando sus capacidades artísticas.
En el primer número nos sorprendieron con una retrospectiva del acto de despertar –muy adecuado en el momento en que se lanzaban a este nuevo proyecto–, y el segundo giró alrededor de la acción de vestirse. Esta vez, con la cuidadísima estética que las caracteriza, se han atrevido con un tema que, sin dejar de ser cotidiano, se mueve en el terreno del sibaritismo: el comer. Si quieres hacerte con un ejemplar de Trevista, puedes visitar uno de los diversos puntos de distribución en Barcelona, Madrid y Valencia como La Central, Laie, Loring Art, The Folio Club, Free Time, Impossible, La Fabrica, Ciudadano Grant, Dadá, o visitar su tienda online.
Trevistamagazine1.jpg
¿Por qué las Trestristestrenzas? 
Nos gustan los juegos semánticos y siempre estamos inventando palabras y nombres. Trestristestrenzas se nos ocurrió un día sin más, somos tres y nos gustan las trenzas, aunque por suerte lo que no ocurre a menudo es que estemos tristes. De hecho, en las presentaciones de Trevista hemos establecido lucir una tipología de trenza cada una, es nuestro símbolo. Además, el nombre del colectivo fue el inicio y el punto de partida a raíz del que empezamos a idear los proyectos en común.
Las tres habéis estudiado Bellas Artes, y es obvio que esta carrera abre mentes e impulsa a buscar alternativas creativas. Además de mostraros vuestra pasión por la fotografía, ¿cómo os ha hecho medrar Bellas Artes?
De Bellas Artes puedes aprender mucho o casi nada, tú decides. Es una carrera en la que el grado de aprendizaje lo decide el alumno, y de ahí salen mil perfiles distintos, o al menos así pasaba cuando estudiábamos nosotras. Pero lo que sí te enseña seguro, quizá de manera implícita, es a desarrollar un proyecto, a reflexionar, a madurar las ideas y a descubrir tu propio proceso creativo.
¿Por qué en 2015 decidís arriesgaros con una propuesta editorial como Trevista? ¿Cómo surge el nombre?
Crear una publicación era una idea que teníamos aparcada desde hacía un par de años, a la espera del momento oportuno para llevarla a cabo. Cuando Marta Owl hizo un posgrado de Fotografía y Diseño Editorial recuperó el proyecto, definió la imagen y el diseño de la misma. Entonces nos pusimos en marcha y lo retomamos. En un principio iba a ser algo más tipo fanzine, más de andar por casa y menos serio, pero nos dejamos llevar y poco a poco fuimos concretando el concepto hasta adquirir su forma actual. 
En cuanto al nombre, este hace referencia a los tres puntos de vista –el fotográfico, el artesanal/plástico y el literario– que vertebran los contenidos de la revista, por lo que la denominación se nos presentó de forma muy evidente, dada nuestra debilidad por los juegos semánticos.
Trevistamagazine2.jpg
Trevista es como un libro de arte, ¿cuál era vuestro objetivo? ¿Qué público ideal teníais en mente? 
Uno de los objetivos era, como apuntas, crear una publicación de carácter artístico, sirviendo de plataforma y medio de difusión para creadores emergentes y/o poco conocidos. Sin embargo, no hemos detallado ningún perfil de público concreto, todo lo contrario, lo ideal para nosotras es que trascienda los círculos más especializados y que pueda ser disfrutada por mucha gente.
¿Por qué apostar por lo cotidiano? Es cierto que la normalidad puede ser extraordinaria pero, ¿por qué definirlo como el objeto estético?
Después de nuestro paso por Bellas Artes, las tres tuvimos el mismo momento de reflexión sobre cómo intentar integrar todos los conceptos e ideas aprendidos a nuestras vidas. Es decir, qué hacer con este cúmulo de conocimientos y experiencias que parecían tan abstractos. Esta situación crea cierta sensación de salto al vacío al dejar la facultad. Por otro lado, el arte es algo que en muchas ocasiones se sitúa en una especie de pedestal, en una posición superior frente a la sociedad, y eso es lo que a menudo lo mantiene alejado, de manera que, para la gente que no se ha formado en esta disciplina, puede ser difícil sentir cierto interés. Nos dimos cuenta de esto en algunas asignaturas, donde parecía que la valoración de tu proyecto se regía por la magnitud del concepto sobre el que trataba: los proyectos importantes eran los que reflexionaban sobre las grandes cuestiones filosóficas o existenciales de la vida.
Nuestra posición frente a esta situación es totalmente contraria, creemos que el arte reside en buscar la mejor forma de expresar o interpretar aquello que nos rodea, ya sean cuestiones personales, mundanas o de preocupación social. Hay muchos proyectos y artistas que trabajan bajo esta misma visión, y los resultados son muy interesantes y complejos. De aquí nuestro interés por lo cotidiano, ya que precisamente es ahí donde queremos permanecer, haciendo hincapié en lo inspiradoras que pueden resultar las acciones cotidianas. Tras este momento de asimilación y reflexión al salir de la facultad, pensamos que no hacía falta irse muy lejos para hacer algo creativo, precisamente los ritos que realizamos diariamente, de forma automática, son susceptibles de devenir objeto de análisis e inspiración. Nos invitan a pensar, cuestionar, analizar y crear contenido artístico que al final acaba materializándose en algo estético.
¿Qué papel juega vuestra publicación en el inmenso mar de las publicaciones periódicas?
Está claro que el papel ha vuelto y se están realizando una gran cantidad de proyectos en este medio, nosotras de momento estamos intentado hacernos un hueco dentro de esta corriente. Nos parece importante que la representación física vaya en consonancia con la esencia del proyecto, y además es un formato que ofrece mucho margen de experimentación. Nuestra idea principal es crear una publicación artística integrándola en cada una de nuestras acciones cotidianas. Queremos intentar hablar de arte de una manera coloquial, de forma que pueda trascender más allá de los círculos artísticos y de manera que cualquier persona sin ninguna formación artística pueda sentirse igual de atraída e interesada que otra con profesión o formación en campo del arte. Por esta misma razón, creemos que el formato impreso es el que se adecua más a nuestro objetivo, ya que consigue hacer llegar creaciones artísticas a cualquier lugar, en cualquier momento y por un coste reducido.
Trevistamagazine5.jpg
¿Cuáles son las principales dificultades que os habéis encontrado a lo largo de este recorrido?
La verdad es que, en general, todo ha resultado más fácil de lo que esperábamos, y el hecho de ser tres es una gran ventaja, ya que cada una aporta aspectos distintos. Es cierto que nos hemos encontrado algunos obstáculos que no nos esperábamos, sobre todo de carácter burocrático. Desde cómo hacer una factura, hasta registrar el nombre o tramitar el número de depósito legal, conceptos con los que no estábamos nada familiarizadas. Pero lo bueno es que vamos aprendiendo sobre la marcha, resolviendo los contratiempos conforme nos van llegando.
Pero no todo serán dificultades. ¿Qué os ha aportado a nivel personal y profesional este proyecto?
Siempre es gratificante ver el resultado, comprobar que la idea al final se ha llevado a cabo, que lo hemos conseguido. Y sobre todo ver el resultado físico y palpable después de estar tratando con ideas y programas frente al ordenador durante meses. Es muy guay cuando ves que gusta y te felicitan, por eso nos hace tremenda ilusión cada vez que alguien nos conoce por primera vez y decide comprar una revista. A nivel profesional también podemos decir que hemos aprendido mucho y continuamos haciéndolo, cada número es un reto, nuestro modus operandi se define por ir sin prisa pero sin pausa. Por no mencionar a los artistas y colaboradores que estamos conociendo y que admiramos un montón.
Se nota que cada número sale a partir de un concepto, de una acción cotidiana. ¿Cómo es el proceso creativo? ¿Qué hacéis desde el primer brainstorming hasta que la revista queda maquetada, impresa y lista para distribuir?
Lo primero es decidir el tema para luego hacer una búsqueda de contenido, artistas y colaboradores que trabajen en torno a esa misma idea. Luego seleccionamos y empezamos a contactar y a redactar los contenidos. A medida que vamos teniendo listos los textos, se los pasamos a nuestra correctora para acabar de pulirlos. Y finalmente se maqueta y se envía a imprenta. En este último tramo del proceso, pensamos y preparamos la presentación del mismo, que intentamos que esté relacionada con la temática del número. Y ya lo último, contactar con las librerías y distribuir. Toda una aventura.
Lleváis tres números, y todo está por ver. ¿Qué podemos esperar? ¿Cuáles son vuestros proyectos de futuro? 
Que vaya creciendo poco a poco, sin prisa pero de forma sólida, como hasta ahora. No damos por cerrado el formato y el concepto de la revista, sino que va creciendo día a día y está en constante cambio. Siempre hay cosas que hay que ir matizando y nuevos retos que se nos plantean, lo interesante es no quedarnos estancadas e ir encarando lo que se nos eche encima.
Trevistamagazine3.jpg
Trevistamagazine4.jpg
Trevistamagazine6.jpg
Trevistamagazine7.jpg
Trevistamagazine8.jpg