Parece vulnerable, una especie de princesa romántica o lánguida heroína, pero este sólo es el velo naif con el que María Hesse ilustra metafóricamente los sentimientos más profundos de la naturaleza femenina porque su contenido de naif no tiene nada. Tras esa aparente sensibilidad, se esconde una fuerza brutal que nace del interior y se revela como atrevida y audaz, reservando ese punto de misterio que nos mueve y nos descoloca.
Las ilustraciones de María Hesse (Huelva, 1982) no sólo exploran las emociones universales del ser humano, como el corazón roto -ensangrentado- o el ilusionado y reverdecido, sino que también retrata iconos populares, cinematográficos y musicales de lo más variopintos: de los míticos David Bowie y Frida Kahlo hasta el entrañable Sloth de los Goonies, la oscura Miércoles de la Familia Adams, la rebelde princesa Leia, la hipnótica Mia Wallace, los ochenteros protagonistas de Dirty Dancing o los excéntricos Tenenbaums.

María quiso estudiar Bellas Artes pero no pudo ser. Fue a los 28 años cuando dejó las oposiciones de magisterio para estudiar ilustración y convertirla en su profesión, desarrollando una simbología propia que ha ido madurando y abriéndose en constante evolución. No recuerda si siempre tuvo clara su vocación pero sí piensa que no hubo un momento de su infancia en que no dibujara: "Recuerdo que solía hacer cuentos que por suerte mi madre guardó. No sé si siempre he tenido claro que fuese mi vocación, pero sí he dibujado desde que era niña, y me ha salvado de momentos muy difíciles. Creo que sería una persona completamente distinta si no hubiera dibujado". 

Sus libros Ole Sevilla!, En busca de Nicolás, Armadura de papel de plata, La pandilla de mago o Frida Kahlo. Una biografía, reflejan su pasión por la narración, creando o revisitando esas vidas e historias que nos cuenta a través de sus dibujos.
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María, lo de Hesse nos suena... ¿Viene por Demian? ¿Es Hermann Hesse un autor importante para ti?
Justo. Podría haber sido otro libro de Herman Hesse, pero es precisamente por ese. Me lo leí en una etapa de cambio muy importante para mí. Ese libro en ese momento fue significativo. Como juego, empecé a firmar con el apellido Hesse y ya no he sido capaz de quitármelo. 
¿Qué ha de tener una joven ilustradora para que las editoriales apuesten por ella? 
Gracias por lo de joven (risas). Muchas ganas de trabajar y mucha constancia. Visibilizar tu trabajo, dibujar todos los días, relacionarte con gente que se dedica a lo mismo y saber soportar los golpes que vayan llegando. Para mí fue muy importante conocer al ilustrador Alejandro Villén. Para empezar porque es un tío con los pies en el suelo, directo, y que te dice las cosas como son. Recuerdo que mi amigo Juanje Infante, también ilustrador, y yo íbamos a todas sus presentaciones. Ahí conocimos a más ilustradores y nos fueron saliendo nuestros primeros trabajos. De esos inicios me queda la generosidad de compartir con el compañero de oficio. Fue gracias a Alejandro y Juanje como conseguí mis primeros proyectos. Siempre que puedo paso trabajo a otros colegas, porque entre nosotros tenemos que ayudarnos. 
Frida Kahlo. Una biografía es un recorrido ilustrado por la vida del mito. ¿Cómo ha sido el planteamiento y la experiencia de dirigirte hacia un público más adulto?
Ha sido un verdadero regalo. Comencé con mucho miedo porque ya hay mucho sobre Frida. Así que lo primero fue documentarme a conciencia. Compré libros que no están editados aquí en España, y tuve la grandísima suerte de que Martha Zamora revisara mi primer borrador. Ella tiene dos libros fantásticos sobre Frida: El pincel de la angustia y En busca de Frida. Una vez interioricé el personaje decidí narrarlo en primera persona, porque me apetecía contar su vida partiendo de sus emociones y de lo que pudo sentir en cada momento. Al final se mezcla todo un poco y se transforma en mi visión de sus emociones, porque es algo tan íntimo que solo ella sabe lo que sintió. Por eso en el libro hay mezcla de su simbología con la mía propia. Que fuera un libro para adultos hizo que me sintiera más cómoda. Aunque mis dibujos sean naif, creo que su contenido no suele ser para niños.
Me florece el corazón, La Virgencita, Animalada… son algunas de tus ilustraciones más queridas. ¿Por qué crees que conectan tanto con tu público?
Imagino que conectan porque son los que me han salido de más adentro y de alguna manera eso siempre se nota. Creo que esos corazones sangrantes por algún motivo llegan a la gente. Ahí se ve la mezcla clara entre lo naif y lo que no lo es. De los que me dices, mi favorito es La Virgencita porque sí que tiene un significado importante para mí. Todos ellos tienen ya su tiempo. Eran más sencillos y ahora estoy en otra línea. En algún momento esos corazones tendrán que desaparecer porque no quiero estar haciendo siempre lo mismo, pero bueno, de momento aún tengo la necesidad de expresarme a través de ellos.
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En tus composiciones vemos mujeres con mucha fuerza y sensibilidad. ¿En qué te inspiras?
No sabría decirte. Muchas veces no me planteo nada antes de hacerlo. Son ideas que me vienen a la cabeza, que pienso que son bonitas sin más, y las hago. Imagino que tienen una parte importante de mí. La primera vez que puse un corazón florecido sí estaba muy asociado a un momento vital concreto. La Virgencita era una reivindicación de la sexualidad de la mujer. Igual esas mujeres me vienen por mi familia, que está llena de mujeres sensibles pero muy luchadoras. Siempre lo digo, pero mi madre es el mayor referente que tengo. Un día debería hacer un libro sobre ella y la lección de vida que me ha dado. Ella me inspira más de lo que es consciente, aunque a veces me desespere (risas), pero eso pasa siempre con los padres ¿no? 
¿También realizas piezas por encargo?
Sí, cuando el tiempo me lo permite. Últimamente estoy muy inmersa en trabajos editoriales que me limitan el número de encargos que puedo coger. Ocurre que para mí el mayor significado que tiene un dibujo es cuando está dentro de un libro, no lo puedo evitar.
Tu trabajo es muy accesible no sólo por su precio, sino por el trato que tienes con la gente en las redes sociales. ¿Te gusta ese contacto directo?
¡Ay! Me alegra que me digas eso. Yo lo intento, y es difícil a veces. A veces siento que no lo cuido lo suficiente. No puedo responder a todos los comentarios, pero los leo todos. Siempre, siempre respondo dudas técnicas porque a mí me da mucha vergüenza preguntar sobre ellas. Últimamente hasta hago vídeos en directo mientras dibujo y voy resolviendo dudas. Hay personas que he conocido gracias a las redes y que ahora son amigos. ¡Eso sí que es genial! En cuanto al precio, la verdad es que me gusta que la gente se lo pueda permitir. Yo siempre he ido muy justa de dinero y es un fastidio que no puedas acceder a este tipo de cosas.
Has colaborado con Kling en una serie de música ilustrada. ¿Te interesa la música o la moda? ¿Qué otros campos creativos te gustaría explorar?
La música ilustrada con Kling fue un auténtico placer. La moda me encanta y Kling es una marca con la que me identifico mucho. La música es mi espinita clavada. Yo quería ser cantante, pero comprendí que haría un favor a la humanidad si me quedaba cantando en la soledad de mi casa. ¡Me interesa todo! Creo que al combinar varias disciplinas es cuando salen cosas verdaderamente interesantes. Ahora mismo no me cierro a casi nada.
¿En qué estás trabajando ahora? ¿Nos puedes adelantar algún proyecto?
Ando en mil cosas de las que poco puedo hablar. Pero lo que sí puedo contar es que estoy haciendo un cartel para el I Festival de Cultura Feminista de La tribu e ilustrando Orgullo y Prejuicio.
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