En el baúl de los recuerdos de Claudia y Joan encontramos a un anciano, un viejo distribuidor de gafas que abrió varias ópticas en España. Ellos tenían el sueño de abrir una también, estudiar el consumidor y luego crear su primera colección; al fin, ese sueño se ha hecho realidad. Ahora, con su marca Kaleos, nos ofrecen una gama de estilos apta para todos los ojos y todas las miradas. Gafas hechas al detalle con una producción minuciosa, artesanal y tradicional.
Claudia, Joan, sois los directores creativos de Kaleos, y también sois conocidos como eyehunters. Empecemos por el principio: ¿Cómo y cuándo os conocisteis?
Claudia: Nos conocimos en la universidad, los dos estudiamos ADE. A Joan le emocionaba todo lo relacionado con la empresa y yo iba compaginando la carrera con veranos en la escuela Saint Martins de Londres estudiando moda. Empezamos la carrera teniendo algún amigo en común y acabamos siendo pareja. Al terminar la carrera Joan empezó a trabajar en la empresa familiar y yo me fui a Arteixo para trabajar en Inditex. Más tarde dejé el trabajo para hacer un máster de moda en Milán. Fue a mi vuelta cuando me propuso ayudarle en los temas relacionados con la imagen de un nuevo proyecto que estaba empezando a desarrollar. 
¿Cómo surgió la idea de montar vuestra propia empresa? ¿Por qué gafas?
Claudia: Joan siempre ha tenido cierta debilidad por las gafas. Hace muchos años su abuelo distribuía gafas en España y abrió varias ópticas, y Joan quería crear su propio proyecto. Siempre ha sido emprendedor, pero sin desvincularse completamente de la esencia familiar.
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¿Hace cuánto que os dedicáis a ello?
La idea era empezar abriendo una óptica con producto muy exclusivo para estudiar bien los gustos de los clientes y más adelante poder lanzar nuestra propia marca. En septiembre de 2014 lanzamos la primera colección Kaleos y nuestra sorpresa fue que el primer día ya recibimos pedidos y cerramos la distribución de la marca para Grecia. Estuvimos varios años trabajando a deshoras: solo podíamos hacer cosas de Kaleos por la noche y durante el fin de semana, así que convertimos nuestra casa en un estudio de diseño de gafas. Los dibujos los poníamos en el suelo, tomábamos decisiones mientras preparábamos la cena, aprobábamos los colores antes de ir a trabajar y organizábamos los shootings con familiares, amigos y conocidos. Así es como empezamos; poco a poco fuimos incrementando las ventas, lo que nos permitió abrir unas oficinas, incorporarme oficialmente a Kaleos y empezar a crear nuestro pequeño equipo del que hoy nos sentimos tan orgullosos.
Kaleos se define a través de estos tres conceptos: saber hacer, diseño contemporáneo y funcionalidad. ¿Por qué estos y no otros?
Creemos que la diferenciación está en los detalles y en el trabajo bien hecho. Nos esmeramos muy a fondo para buscar nuevas construcciones, ofrecer un producto de tendencia, una amplia colección, un colorido que apetezca, sin perder nunca la comodidad de las gafas. Desarrollar una nueva construcción requiere de un trabajo técnico muy minucioso. Cuando empezamos a diseñar no solo debemos pensar en que una gafa debe deslumbrar por su novedad constructiva sino que además su producción debe de ser viable. Nos gusta estar a la última y ofrecer novedad constantemente. Crear una gafa implica más de un año de trabajo (desde el inicio de los primeros esbozos hasta la producción final). Por esta razón, si queremos diseñar gafas que apetezcan debemos anticiparnos y saber lo que el consumidor va a demandar con mucho tiempo de antelación. Finalmente, es primordial en Kaleos que las gafas sean cómodas y para ello trabajamos minuciosamente la forma del puente para que asiente bien en la nariz de las personas. No solo tiene que ser bonita sino que además tiene que cumplir a la perfección la función para la que está hecha. Funcionalidad y comodidad son la base de un buen desarrollo.
Valoráis mucho todo lo que es artesanal y tradicional y, de hecho, vuestra producción lo es. ¿Por qué creéis que es importante (y un punto a favor) echar una mirada atrás a lo clásico?
Por un lado, creemos que del pasado tenemos mucho que aprender. Cuando tienes una idea hay que ser precavido: quizás alguien ya la ha pensado anteriormente. Es importante contar con un buen bagaje histórico para poder definir lo que queremos desarrollar para el futuro. Por otro lado, actualmente existen diferentes maneras de producir gafas: inyectadas, con impresión 3D y handmade. En nuestro caso, la fabricación es totalmente manual. Cuando quieres hacer unas gafas con tanto detalle, con el nivel de calidad que buscamos, con los mejores materiales y con combinaciones constructivas complejas entre acetato y metal/titanio hay que trabajar de forma totalmente artesanal. El mercado de las gafas se está dividiendo entre el producto masivo que va cada vez más a precio y un producto más de diseño, exclusivo, independiente y hecho a mano, tal como se hacían las producciones de toda la vida. Este segundo es nuestro mercado.
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Os definís como ‘eyehunters’, es decir, cazadores de miradas/ojos, y afirmáis que “unas gafas no son solo unas gafas, son una forma de mirar”. ¿Cómo es la mirada a través de Kaleos?
En Kaleos buscamos ojos. Ojos verdes, azules, amarillos. Ojos de todos los colores y de todas las formas, pero ojos que miren distinto. Ojos únicos, irrepetibles. Ojos con estilo. Ojos que miran a los ojos. Ojos seguros de sí mismos, ojos sinceros. Que admiran y son admirados, ojos visionarios, ojos convencidos. Ojos amantes del buen diseño y de la buena comida, no sólo la que entra por los ojos. Ojos que no apartan la mirada ante lo que pasa, ojos que miran de frente.
¿Cómo es la persona que mira a través de un par de monturas de Kaleos?
Intentamos que exista una Kaleos para todo el mundo. Es por esta razón que lanzamos una colección nueva cada temporada con variantes muy diferentes. En Kaleos se puede encontrar desde la gafa más clásica y discreta hasta la más moderna y de tendencia. Todas comparten esos detalles constructivos que las hacen diferentes ante los ojos de los demás y que hacen que los ojos que visten unas Kaleos atraigan la mirada de todos los demás ojos. Eso no quiere decir que sean gafas difíciles de poner o disfraces faciales, sino que son gafas que por muy básicas o modernas que sean tienen un punto diferenciador, con mayor o menor sutileza, que hace que la gente se fije en ellas.
¿Podríais explicarnos como desarrolláis el proceso de creación?
Cada seis meses creamos una temática, una historia, un mensaje; a partir de ahí –y de inputs que hemos ido recogiendo durante meses– se desarrolla la colección de graduado y de sol. Diseñamos muchísimos modelos para acabar seleccionando el que de verdad nos gusta. Una vez seleccionamos el elegido hacemos el plano técnico de la gafa con todas y cada una de las especificaciones que requiere para que sea tal cual nos la imaginamos. Un milímetro en una gafa cambia completamente su estética. Somos muy meticulosos en este aspecto ya que los pequeños detalles hacen que una gafa sea una maravilla o acabe siendo una gafa común. Por esta razón invertimos mucho tiempo en desarrollar los dibujos, los planos técnicos y todos los detalles que los acompañan. Una vez tenemos los planos técnicos finales se envían a fábrica para hacer el primer prototipo. Revisamos el prototipo meticulosamente y hacemos los cambios que consideramos oportunos. Si es necesario hacemos más de un prototipo para validar el diseño que realmente llevaremos a cabo. Una vez aprobado el prototipo definitivo comenzamos la producción. Sólo el proceso de producción de una de nuestras gafas dura entre cuarenta y sesenta días de trabajo. Decidir el color tampoco es tarea sencilla. Desde diseño nos planteamos la paleta de color que queremos utilizar en cada colección. Conservamos algunos colores pero muchos otros son substituidos por alternativas similares o por algunos nuevos totalmente diferentes que no hayamos utilizado hasta la fecha. La idea es aportar siempre novedad aunque siguiendo el hilo conductor del concepto de colección que estamos desarrollando y del estilo base que tienen las gafas Kaleos.
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Kojak es el nombre de vuestra última colección, a la que definís como una colección de extremos. ¿De dónde sale el nombre? ¿Qué podemos encontrar en ella? ¿Qué materiales y formas destacaríais?
Kojak es una colección inspirada en la estética norteamericana de los años 70 desde un prisma contemporáneo (el nombre viene de la serie Kojak). En ella podemos encontrar formas de aire retro pero con una construcción o acabados renovados. Destacaríamos los tamaños oversize, las formas cat eye, o la gafa aviador, pero siempre dándole una vuelta: laminados, glitter, incrustaciones, lentes planas, lentes claras.
Hace relativamente poco que estáis en marcha, ¿cómo valoráis vuestra experiencia hasta el momento?
Trabajamos mucho, pero la verdad que estamos muy contentos. Poco a poco y día a día vamos viendo la evolución, y la verdad es que es una satisfacción inmensa. Somos muy afortunados.
¿Cómo se plantea el futuro? ¿Qué objetivos y proyectos esperáis realizar?
Esperamos que llegue el día de salir a la calle en cualquier capital y cruzarnos con alguien que lleve unas Kaleos. Pero para eso nos queda mucho, mucho camino por recorrer.
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