El pasado 26 de junio, pasadas las seis de la tarde, nos adentrábamos en el Espacio Jorge Juan decididos a conocer los proyectos de los estudiantes de Diseño Moda recién graduados en el IED Madrid. Acompañados de algunos de los perfiles más interesantes del panorama artístico actual, profesionales de la industria y, por qué no decirlo, amigos de la revista, nos dirigíamos a nuestros asientos a toda prisa minutos antes de que diese comienzo el IED Madrid Fashion Show 2024, el evento organizado por la escuela para mostrarnos el talento de ocho de sus perfiles más prometedores, todos ellos recién salidos de las aulas.
Hay que tener en cuenta que este está siendo un año especialmente importante en la historia del IED Madrid. Y es que esta sede del Istituto Europeo di Design, todo un referente internacional en la formación superior de moda y diseño, está celebrando su 30º aniversario. Una ocasión muy especial para la que la escuela se ha vestido de gala, ha hecho un llamamiento a toda su comunidad, desde profesores hasta alumnos pasando por nombres cuyo éxito no se entendería sin su paso por el IED Madrid, y se ha decidido a promocionar (aún más si cabe) a los jóvenes que han hecho de esta institución su casa.
Su última iniciativa, el Fashion Talent Award, responde precisamente a esta propósito. Bajo el lema ‘Celebrar el futuro’, el IED Madrid ha creado este galardón con vocación de continuidad, que este año ha ido a parar a manos de Jaime Naddaf, con un objetivo último: poner en valor el reconocimiento como plataforma de visibilidad para los futuros protagonistas de la moda. Perfiles imprescindibles entre los que, como ya se ha demostrado en la última década, habrá varios diseñadores salidos de esta escuela. Y si no que se lo digan a Moisés Nieto, Pepa Salazar, Tíscar Espadas, Ernesto Naranjo, Jaime Álvarez (Mans) y la reciente ganadora del Premio de la Academia Española de la Moda al Talento Novel, Carlota Barrera, todos ellos formados en esta institución.
Pero volvamos al IED Madrid Fashion Show, en el que conocimos de primera mano las colecciones de fin de grado de ocho estudiantes seleccionados. A los nervios que ya de por sí acompañan a todo desfile de moda que se precie y la emoción de mostrar por primera vez un proyecto tan personal sobre una pasarela, hay que sumarle la inquietud que estar jugándose un premio de estas características conlleva. El grueso del trabajo ya está hecho, las propuestas están listas y solo queda el último paso, mostrarlas ante la audiencia. Pero esta última fase del proceso es una de las más importantes, y los recién graduados cruzan los dedos para que todo salga según lo previsto, sin contratiempos.
A medida que los modelos avanzan por la pasarela, nos damos cuenta de que todos y cada uno de los jóvenes diseñadores han conseguido algo que no es fácil en esta industria: plasmar su estilo personal, su visión del mundo, a través de propuestas de lo más originales. Cada una de las colecciones tiene una esencia propia, algo imprescindible para que una marca de moda funcione en el mercado. Parece que todos ellos tienen claro que para sobrevivir en este sector lo más importante es diferenciarse, y demuestran haber aplicado esta premisa ya en sus proyectos de carrera. Van por buen camino, de eso no hay duda.
Mientras Alejandra Ferrero nos invita a adentrarnos en su particular visión del American Dream con una propuesta que viaja de la esperanza a la desilusión con escala en elementos que incluyen gorras y estrellas y colores como el rosa y un rojo intenso, Ana Montesa apuesta por un menswear en el que no faltan los juegos de texturas inspirado en la obra de Sorolla y Monet. Su colección, Manna-Lilies, es un punto de partida en la que auguramos será una prometedora carrera. 
La visión de la moda de Patricia Rodríguez es radicalmente opuesta a la de Montesa. En su propuesta se encuentran el pasado y el futuro, la sensualidad y la tradición, la luz y la oscuridad. Nacida del luto que vivió la diseñadora tras perder a un ser querido, Un recuerdo para Pipi nos remite a un tarot de veinte cartas en el que cada naipe representa un elemento clave del cielo y la tierra, en una profunda reflexión sobre la muerte como proceso de conexión. Prendas mucho más oversize y estructuradas es lo que propone Javier Álvarez en Artesanía del pensamiento creativo, que parte del vestuario tradicional masculino inspirado en los textos pioneros del diseño industrial del siglo XIX para adaptarse a los códigos actuales. Aquí encontramos piezas muy bien construidas, y un estilismo que ayuda a elevarlas. Enhorabuena.
La de Paula Fernández es una de la colecciones más sofisticadas. Non finitto nos lleva de viaje rumbo a una artesanía meticulosa teñida de negro y blanco, pero también de verde y rosa. Cuando el primer look desfila sobre la pasarela nos damos cuenta de que aquí hay muchas, muchas horas de trabajo. Pero si hay un título que llama la atención es el escogido por Rodrigo Fernández: Paletos. A partir de este concepto despectivo que, con la migración de mano de obra de los pueblos a las ciudades en el siglo XX diferenciaba al urbanita educado del pueblerino recién llegado, el joven diseñador da forma a una propuesta con carácter en la que no faltan la experimentación, la artesanía y el espíritu rebelde.
Vanessa Espiedra se inspira por su parte en las leyes gestálticas en The Chaotic Transformation of Perception, intentando (y consiguiendo) generar dudas en el espectador al abrazar más de un estilo en una colección en la que se ha permitido experimentar con distintas técnicas y materiales. Y no podíamos despedirnos sin hablar de la propuesta de Jaime Naddaf quien, como ya adelantábamos, se alzó con el Fashion Talent Award 2024 en la primera edición de este premio otorgado por el IED Madrid.
Su colección La oficina fue la favorita del jurado independiente formado por la estilista Carla Paucar, el curator detrás del EGO de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, Rubén Gómez, la presidenta ejecutiva de ACME, Pepa Bueno, el fotógrafo Aitor Laspiur, el Head of Art Jon Elorrieta y los diseñadores de Reparto Studio, quienes por cierto desfilaron por primera vez con su marca en la sede del IED Madrid, antes de hacerse un más que merecido hueco en el calendario de la Semana de la Moda de Madrid y ganarse el respeto (y el cariño) de todos sus compañeros de profesión.
La oficina se inspira en la película Playtime de Jacques Titi para reflexionar satíricamente sobre la deshumanización de los espacios de trabajo. Con esta colección, muy bien resuelta, el joven creador se ha permitido comenzar a dar forma a su estilo personal, abrazando una moda masculina contemporánea en la que las prendas más funcionales conviven con otras más escultóricas. Mención especial merece el jersey elaborado a partir de formas de oficina. Seguirle la pista porque promete dar de qué hablar.
Alejandra Ferrero
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Ana Montesa
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Jaime Naddaf
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Javier Álvarez
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Patricia Rodríguez
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Paula Fernández
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Rodrigo Fernández
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Vanessa Espiedra
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