A pesar de la falta de interés y apoyo por parte de las instituciones, los agentes culturales no se rinden y siguen proponiendo actividades que enriquecen el tejido cultural español. Es el caso de Miren Pastor, Olmo González y Bonifacio Barrio, los responsables de Fiebre Photobook, un festival dedicado exclusivamente a los fotolibros. Tras cinco ediciones de éxito, este año repiten emplazamiento: la Casa del Lector de Matadero Madrid. Este 15 y 16 de diciembre, no te pierdas una de las apuestas más firmes donde encontrarás talleres, fanzines, libros de autoedición, y auténticas joyas de coleccionista. 
Para llevar a cabo este proyecto debe haber personas dando lo mejor de sí para que todo salga lo mejor posible. ¿Quién está detrás de todo esto? ¿Cuál es el background del festival?
Fiebre Photobook somos MOB, que son nuestras iniciales: Miren Pastor, Olmo González y Bonifacio Barrio –además de Fosi Vegue, de Dinamo Visual Lab como guía espiritual. En las últimas ediciones contamos con el apoyo de Artes Gráficas Palermo y Dalpine, que ponen mucho de su parte para ayudarnos en el premio principal que ofrecemos –el Dummy Award– y en algunas cosas más que no saldrían adelante sin ellos.
¿Qué es Fiebre Photobook Festival? ¿Cómo y cuándo surgió la idea de crear este evento?
En octubre de 2013, visto el auge del fotolibro y el interés por los alumnos y exalumnos vinculados a Blank Paper Escuela (actualmente transformada en Dinamo Visual Lab), se nos ocurrió organizar un encuentro alrededor de los libros de fotografía. Como nos venimos arriba enseguida, acabamos organizando la primera feria de fotolibros de España, con nueve editoriales independientes y más de cuarenta autores con maquetas o libros terminados. Un intenso día con gran actividad hasta que nos echaron del antiguo Fetén Club de calle Ballesta, donde acabó la fiesta. Como la gente acabó encantada, volvimos a repetir cada año, y aquí seguimos.
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¿A qué perfil va dirigido? ¿Hace falta ser un gran fotógrafo para acudir al festival o puede cualquier persona disfrutar de lo que tenéis preparado?
Desde que existimos como tal, Fiebre es ante todo una fiesta y todo el mundo está invitado. Para que nadie se sienta fuera de lugar organizamos actividades para todo tipo de público, desde charlas para adentrarse en esto del libro de fotografía, a talleres especializados. Y si tienes algo de presupuesto, siempre hay publicaciones que no se encuentran en ningún sitio, desde fanzines baratísimos a libros descatalogados y rarezas.
¿Quién puede participar y poner su stand? ¿Está reservado a editoriales, o por lo contrario, también se da bola a proyectos independientes, pequeños o incluso de autoedición?
Desde el principio hemos tenido una convocatoria abierta, salvo el primer año (que nadie nos conocía y tiramos de contactos). ¡Y aceptaron todos! Puede participar quien quiera con un módica inscripción, porque hasta ahora no hemos tenido subvenciones ni patrocinios económicos. Si tienes cómics o novelas también puedes participar, pero deben tener alguna relación con la fotografía, más que nada porque ahí fuera hay eventos de sobra para todo lo demás. En cambio, para libros de fotografía, pues no tantos. Además, desde la primera edición hemos hecho un hueco a libros auto-producidos y autores con un solo libro porque es habitual que les sea más difícil colocar su única publicación en tiendas especializadas. Suelen ser libros con formatos más experimentales, entre libro de artista y fanzines, o que tratan temas muy personales. Procuramos que el espectro sea todo lo amplio posible. Ahora ese rincón se llama Autopublicantes.
Sois la feria de fotolibros pionera en España y esta es la quinta edición. Esta vez repetís localización, el magnífico Matadero Madrid, donde ya lleváis tres años, y el lugar donde confluyen arte y cultura por igual. Pero, ¿por qué creéis que no hay más iniciativas de fotolibros en España? ¿Hay en Madrid un nicho de mercado para los eventos de este sector?
Después de cinco años, si no hay muchos más eventos parecidos es porque nadie es tan suicida comercialmente. Los libros de fotografía suelen ser caros de producir, los precios de compra también, y la gente que los colecciona de manera estable no abunda. Por otro lado, las instituciones públicas no tienen mucho interés (no lo tienen en casi ningún sector cultural) aunque se haya dado toda una efervescencia creativa alrededor del libro de fotografía en España –a pesar de las enormes dificultades económicas que atravesamos.
En Europa lo tienen mucho más fácil, como por ejemplo en Arles (Francia), donde una fundación costea un premio de veinticinco mil euros a la mejor maqueta. En Latinoamérica está empezando a pasar algo parecido –a otra escala y ritmo– con apoyo institucional tanto público como privado. Es un proceso que se está replicando en otras partes del planeta: ya ha ocurrido en Polonia y está ocurriendo en Rusia, donde un grupo de varias fotógrafas están consiguiendo crear el tejido necesario para que este año, por primera vez, haya un festival de fotolibros en Moscú, con gran apoyo institucional. O en Indonesia, donde también se ha organizado por primera vez un festival de dos días. En Madrid hemos sido testigos de un gran potencial creativo y organizativo pero sin conseguir que las instituciones –ni públicas ni privadas– se impliquen lo suficiente (salvo parches puntuales).
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Diría que lo más parecido que hay a Fiebre Photobook es ArtsLibrs, una feria de libros de arte pero cuyo abanico se extiende más allá de la fotografía y toca otras disciplinas artísticas, celebrado durante la diada de Sant Jordi en Barcelona y dentro del marco de ARCO en Madrid. ¿Cuáles eran vuestros referentes al empezar el festival? ¿Y cómo veis el panorama actual de las ferias del libro, y más concretamente, de los libros de artista, en España?
Los referentes, un poco alejados por el nivel económico y cultural, han sido siempre fuera de España: Arles, Paris Photo y Unseen Amsterdam. Son eventos internacionales que marcan la agenda de todo el sector de la fotografía en Europa y parte del resto del mundo. Está claro que no vamos a llegar nunca a algo así, pero son un modelo a seguir en muchos aspectos. Nunca seremos tan elitistas como para cobrar entrada a todos los eventos, no tiene sentido en nuestro contexto. Se convertiría en un negocio antes que en una fiesta. Y antes echamos el cierre, sinceramente.
Vamos a hablar de la programación. El diseñador holandés SYB (Sybren Kuiper), uno de los mejores del mundo en la especialidad del fotolibro, ofrecerá una charla sobre su experiencia profesional, así como un taller para un grupo reducido de profesionales junto con Laura El-Tantawy, donde se hablará de la creación de sinergias de grupo y se fomentará la experimentación del lenguaje. En él participarán tan solo diez personas, elegidas por vosotros. ¿Cómo encaja esta actividad dentro del conjunto de propuestas del festival?
Buscamos ofrecer un abanico de actividades para todo tipo de público, y si conoces un poco el mundillo del libro de fotografía, no sueles tener en Madrid a dos figuras como estas. Laura El-Tantawy lleva años descubriéndonos nuevas maneras de afrontar la fotografía y sus límites con el vehículo del libro como herramienta fundamental, especialmente en trabajos tan impresionantes como In the shadow of the pyramids, o el más reciente, Beyond here is nothing. Y tiene una implicación total con el taller que va a dar en Fiebre.
Por su parte, SYB (Sybren Kuiper) ya era un referente para nosotros cuando organizamos la primera edición de Fiebre. Que haya aceptado nuestra invitación es todo un orgullo. El tipo de taller que nos ha propuesto es casi como entrar en su estudio a trabajar con nuestro proyecto, estamos muy emocionados por ver cómo se desarrolla.
Este es el segundo año que se concede el Premio Dummy Award. En esta edición buscabais un proyecto original que se adecuase especialmente al soporte libro y que estuviese casi preparado en cuanto a diseño, edición y características técnicas. Y lo habéis encontrado: Google Wife, de Olga Bushkova. ¿Qué visteis en la maqueta? ¿Cómo ha sido la producción? ¿Estará la autora presente en la feria?
Olga estará en Fiebre 2017 gracias a una ayuda de AC/E Cultura a la promoción de artistas, así que vendrá a presentar su libro en persona. La decisión fue muy complicada; el jurado llegó a una selección final de diez maquetas impresionantes en cuanto al nivel (por cierto, se podrán ver y tocar durante el festival). La mejor manera de explicar por qué ganó la maqueta de Olga son estas palabras recogidas en las deliberaciones del jurado:
“Un trabajo arriesgado desde el punto de vista editorial, brillante la forma de abordar cuestiones como el papel de las grandes empresas en la conciliación familiar y laboral de sus empleados, la revisión feminista del rol de la mujer en el contexto profesional y el tratamiento de las leyes en materia de permisos laborales para extranjeros. Todo esto desde un discurso personal tremendamente empático cargado de detalles que sólo afloran tras una mirada en profundidad del mismo.”
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 Además de la programación oficial, hay actividades paralelas como el OFFFiebre, ¿Cómo contribuye a hacer de Fiebre Photobook un evento más global y polifacético? ¿Creéis que el tener actividades fuera de la programación oficial significa que el proyecto ha crecido tanto que ‘no cabe en sí’? ¿Son un símbolo de éxito?
Más que éxito, lo entendemos como una forma de apoyar el Festival. Hay actividades que tienen lugar porque mucha gente quiere que así sea, aunque no tenemos presupuesto para sufragarlas como merecerían. Desde que empezamos hemos sentido que somos una comunidad alrededor del libro de fotografía, y sigue siendo así. Tenemos un ecosistema muy frágil y precario pero lleno de energía y cariño. La relación entre lo que nos esforzamos para sacar Fiebre adelante y lo que nos revierte no es económica; quizás por eso volvemos a repetir cada año a pesar de las dificultades.
En colaboración con la Feira do Livro de Fotografía de Lisboa también habrá exposiciones de los fotolibros seleccionados mediante convocatoria abierta de publicaciones de Latinoamérica, España y Portugal. ¿Cómo ha surgido esta colaboración? ¿Cómo de importantes son las relaciones internacionales entre iniciativas del mismo calibre? ¿Tenéis pensadas otras alianzas en el futuro con otros festivales similares?
Nos lo propuso Fabrice Ziegler, de la organización de la Feira do Livro de Fotografía de Lisboa y no nos pudo parecer más pertinente e interesante. Llevamos varios años buscando la manera de estrechar lazos con Latinoamérica, pero no encontrábamos la fórmula ni el momento. Fabrice llegó con la idea y se ha materializado con gran acogida, con una selección de ciento cincuenta libros de trece países iberoamericanos. A Fiebre intentaremos que venga gran parte, si no toda la colección.
Teniendo en cuenta el éxito de las ediciones anteriores y sabiendo que sois el primer (y único) festival de España especializado en el libro de fotografía, ¿cómo valoráis el éxito cosechado hasta ahora? ¿Y cómo os planteáis el futuro?
Justo ahora entramos en esa fase de esfuerzo y estrés creciente antes del Festival, y solemos acabar tan agotados que solemos decir que es la última vez, pero a la vuelta de vacaciones de Navidad ya estaremos preparando la siguiente edición. Lo ideal sería poder ofrecer una programación totalmente gratuita a todos los niveles, con justa remuneración para todos los participantes, con proyectos experimentales que abran nuevos caminos al libro de fotografía, con conexiones internacionales cada vez más fuertes, con una plataforma ampliada durante todo el año y en otros lugares, no solo en Madrid. Hasta ahora hemos resistido al agotamiento y la precariedad sin dejar de crecer, ahora ojalá toque crecer sin tanto lastre y dificultad.
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