Ha sido un fin de semana bien movido en el Parque del Bicentenario en Ciudad de México. El sábado 23 y el domingo 24 de marzo, el colosal recinto acogía a artistas como Travis Scott, Grimes, Romy, Bad Gyal, Peggy Gou, o James Blake, entre muchos otros, repartidos en cinco escenarios que han escuchado desde la electrónica más puntera hasta el reggeatón más bailable. La décima edición del Axe Ceremonia confirma, una vez más, por qué es uno de los festivales con mayor proyección internacional de la ciudad. Ahí que hemos ido, y aquí te lo contamos.
Arrancamos la tarde del sábado con Gale, que ha actuado en el escenario principal. La cantante puertorriqueña ha sido pura energía, donde ha cantado éxitos como Movie (que el público mexicano bien conocía porque es una colaboración con la banda local Bruses) o Nuestra canción, ha hecho una cover de Inevitable de Shakira e incluso le ha dado tiempo a hacerse una selfie con el público de fondo “para mi familia en Puerto Rico”. De ahí que nos hemos ido a Underscores, un cambio radical de ambiente, tono y género. La misteriosa banda de rock ha pasado por el escenario American Eagle con un público entregadísimo (especialmente cuando la estadounidense ha cantado Zombie Girl), con un sonido ensordecedor (por ambas partes) y con unos visuales de ensueño que se adelantaban a la tendencia de convertirnos en personajes de videojuego de la Playstation 2.
Con su carisma innato, Soto Asa salía al escenario después de un remix del Ave María (no el de Bisbal, sino el católico de verdad), y decía con humor, “el escenario Nike es este, se han confundido”. Para quien no lo sepa a estas alturas, el cantante es famoso por su peinado en forma del swoosh de Nike (y bueno, llevar total looks de la marca), y justo en el festival había otro escenario patrocinado por Nike Air Max. Pero a él le tocaba el grande, el Axe, y además, justo al atardecer, lo que ha hecho que su concierto fuera aun más mágico, donde ha cantado éxitos como Smartphone, Kiyaera o Si tu kiere. Otro icono de la nueva oleada de artistas españoles urbanos es Rusowksy, aunque muy alejado del imaginario de Soto. Él sí ocupaba el escenario de Nike, y en él nos ha emocionado cantando mwah :3 dos veces: la primera, en versión acústica (la viral de Gallery Sessions), y después, la del disco. También ha habido tiempo para sorpresas como la aparición estelar de Ralphie Choo, con quien ha cantado los temas Gata y Dolores.
En ese mismo escenario, aunque ya entrada la noche, hemos visto a dos estandartes de la electrónica contemporánea: Romy y Grimes. La primera ha presentado Mid Air, su último álbum, aunque también ha cantado Strong, su canción viral con Fred again.., y que casi nos hace bañar en lágrimas. Nos ha dejado los sentimientos a flor de piel mientras bailábamos sin parar en un casi abrazo colectivo; su voz etérea ha resonado por el parque de manera mágica. Otra que sabe de magia es Grimes, y aunque su DJ set haya sido tan caótico e imprevisible como ella (ha mezclado canciones de películas bollywoodienses con Toxic de Britney Spears, y a la vez con Creep de Radiohead), los visuales han sido de ensueño. Nos ha pedido que bailemos diciendo “You know dancing is good for your soul and you live longer?”, y bien que nos ha convencido.
Uno de los escenarios más destacados pero tal vez desconocidos del festival ha sido el de Club Traición. Es un poco esos casos de ‘if you know, you know’, porque ahí estaban los artistas emergentes con más energía, reivindicación, y elementos performáticos. Por ahí han pasado Torina Moreno, que ha hecho medio concierto y medio DJ set, cantando canciones propias y remixando otras de Paulina Rubio, por ejemplo; Mexican Jihad, uno de los productores y DJs más destacados de la ciudad, que ha pinchado rodeado de sus amigxs mientras hacían pesas, flexiones y demás ejercicios. Y el cierre de la noche lo hemos pasado allí, cómo no, con nuestra favoritísima Toccororo, que casi nos ensordece con remixes de Von Dutch de Charli XCX, Rush de Troye Sivan, o Where Have You Been de Rihanna, y seguida por Chico Blanco, que también ha traído performers al escenario que han subido la temperatura para un final de fiesta apoteósico.
Todavía recuperándonos de un primer día tan ajetreado pero satisfactorio, el domingo hemos empezado con la más pegá de España aka el pussy que mana aka Bad Gyal. Tras lanzar por fin su álbum debut, La joia, la barcelonesa ha pasado por México para presentarlo en directo. “México fue el primer país que me abrió las puertas fuera de España”, ha destacado emocionada a medio concierto. Ha empezado sacándose de encima casi todas las canciones nuevas como Bota niña, Mi lova o Perdió este culo. Después de un interludio en el que comprimía algunas de sus primeras canciones como Jacarandá, Pai pai o Tra, ha seguido con más éxitos (¿alguno de sus temas no lo es?) que hemos bailado, saltado y cantado: Nueva York, Chulo y, por supuesto, Fiebre.
Con el corazón a mil y ya afónicos, hemos cambiado totalmente de registro en el concierto de James Blake. El británico ha presentado en directo su disco Playing Robots Into Heaven, con temas como Loading o I Want You to Know, donde su maestría tanto en la voz como en los instrumentos ha hecho derramar alguna que otra lágrima entre el público. La emoción ha seguido con Overmono, el dúo electrónico que ha traído su espectacular directo en el escenario American Eagle. No cabía un alfiler, pero por suerte, el impactante juego de luces y láser que traen los artistas se podía ver desde atrás.
Otra que ha llenado ese escenario, aunque ha sido mucho más difícil de ver, ha sido Arca. Era una de las artistas más esperadas del festival, y a pesar de salir veinte minutos tarde, su público devoto ha esperado pacientemente mientras intentaba hacerse un hueco. La venezolana no necesita presentación, y su directo es tan camaleónico como ella: tanto te pone a bailar y chillar con Rakata, Prada o El alma que te trajo, como te hace llorar cuando se pone al piano y su voz te atraviesa hasta lo más profundo de tu ser, como te hace llorar cuando le dice al público “brilla, perra, brilla”.
Otra vez, el Club Traición presentaba artistas fuera de lo común. En este caso, no nos podíamos perder a Dorian Electra, que ha arrancado su concierto con Symphony, y ha seguido con Idolize acompañade de un par de bailarinxs y dándolo todo en el escenario. La otra gran revelación de la noche ha sido la argentina Six Sex: puro sexo a ritmo de reggeatón con bases electrónicas. Ha montado en la bici aerostática, ha perreado como nadie, y ha dejado a su público más feliz que si hubiera tenido un orgasmo en la intimidad de su casa. Nada como el placer del goce colectivo.
Para cerrar el festival, no había duda: Peggy Gou. La DJ y productora es uno de los nombres más solicitados en festivales y clubs de todo el mundo, así que no es de extrañar que todo el mundo haya querido ir a dormirse tarde con tal de verla. Cómo no, ha pinchado su viral (It Goes Like) Nanana, pero también nos ha sorprendido con muchos remixes acid, e incluso alguna aparición pop como Murder on the Dancefloor de Sophie Ellis-Bextor.
Tras dos días sin parar, con las piernas flojas y la voz inexistente, podemos confirmar que Axe Ceremonia es uno de los festivales más entretenidos del panorama musical mexicano. Un lugar donde escuchar a nombres internacionales que no siempre pasan por aquí cuando están de gira, pero a la vez descubrir talento emergente que bien merece nuestra atención y admiración porque están trabajando en el presente y futuro de la música en vivo. Desde aquí solo desearle a la organización otros diez años más de éxitos y carteles admirables, porque allí estaremos para vivirlos y contarlos.
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