Hierro como potente soporte para neumáticos, troncos gruesos de árboles, madera, adoquines o enormes piedras. Elmar entendía la pureza de los materiales y conseguía extraer una sutil poesía de su estado más rudo. Así lograba una obra fuerte, racional que nos revela tímidamente la ligereza y fragilidad que se esconde incluso en la materia más pesada.
Elmar nació en Baviera en el 64 y con 21años se instaló en Barcelona junto a su pareja, la fotógrafa Anna Oswaldo Cruz. Artista maduro, totalmente entregado a su obra, se quitó la vida en su taller de Barcelona un domingo de febrero de 2005. Demasiado joven, aunque dejó varias esculturas minimalistas y funcionales, ejemplos de máxima expresividad con lo mínimo.

Sus diseños, realizados a finales de la década de los 80, han sido reeditados recientemente por Sic97, un proyecto que surge de la admiración que Mireia Riera y Jordi Ruiz tienen por el artista. Desde ayer y hasta el 25 de febrero se podrán ver en la exposición que ofrece Club Casa Camper de Barcelona en su espacio dedicado a la cultura de la ciudad.
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