En un tiempo en el que Madrid es sinónimo de arte y nuevas experiencias, existen personas que son capaces de reunir en un mismo lugar diferentes movimientos de manera espontánea. Eso es lo que hace Popy Blasco, periodista, escritor y profesor en el IED de Madrid, a través de su programa Radioshock. Un espacio donde la regeneración se expresa y tiene voz para divertirse y, sobre todo, para ser. 
Popy es una persona que disfruta de lo que hace: lo vive y lo transmite desde la primera palabra. Y lo ha conseguido gracias a superar la fobia al cambio: una vez dejas de tener miedo a perder cosas, empiezas a abrirte a nuevas experiencias, siendo consciente de que lo que estás haciendo es lo que realmente muestra tu esencia. Y si en algún momento dejas de disfrutar, siempre tendrás la posibilidad de hacer algo distinto, porque el tiempo es nuestro.
Radioshock destaca por ser la radio de la (re)generación, ¿cómo es esta generación?
La (re)generación son los nativos de internet. Es gente que ha dejado de confiar en las grandes instituciones, han dejado de pedir subvenciones y ahora emprende. Emprenden acciones, marcas; es una generación de internet que, lejos de estar desencantada –como ha sucedido con la inmediatamente anterior–, han hecho del desencanto su realidad. Ya no se quejan, sino que hacen cosas apoyándose en la fuerza del colectivo gracias al cambio de paradigma mental. Tienen una gran facilidad para expresarse a través de las redes sociales. Están Instagram, Snapchat, y hasta hemos vuelto a escuchar podcasts de radio. Son una generación 100% visual, y eso les caracteriza.
La experiencia de escuchar tu programa es como pasar una tarde con amigos. Eres atrevido, dices lo que quieres y como quieres, ¿temes molestar a alguien?
Es una tertulia de café, es como estar con tus amigos hablando de tus cosas. Vamos sin guión y no hay nada preparado, así que decimos lo que se nos pasa por la cabeza, cosas que han sucedido durante esa semana y están candentes: una película que hayamos visto, alguna fechoría que haya hecho algún político… Lo que ocurre, se comenta.
Y no, no temo molestar a nadie porque Radioshock se emite dentro de Radio Carcoma, una emisora libre y sin publicidad, por lo que no tenemos que rendirle cuentas a nadie. Eso es lo que lo hace interesante, que no estamos atados a expresarnos de una manera determinada. Además de esa independencia, una de las cosas que más atraen a nuestros oyentes es que damos voz a muchos artistas que estamos acostumbrados a ver a través de las redes sociales, que sigues y te gustan, pero que no llegas a saber cómo son, qué dicen y qué piensan. Como te he comentado, vivimos en una generación que es 100% visual, por lo que tiene mucho valor recuperar la conversación. En un momento en el que estamos tan condicionados por las imágenes, volver a hablar, volver a conversar, es algo que sencillamente gusta.
En uno de tus últimos programas comentas que las exposiciones de hoy son una excusa para el encuentro. Entonces, ¿ya no nos preocupamos tanto por el arte? 
No exactamente. Ahora mismo hay una explosión total artística con jóvenes que tienen un talento muy potente. Estamos viviendo la vuelta de la performance y del happening. El hecho de que sea una excusa para que todos nos reunamos y nos tomemos una cerveza tiene que ver con la necesidad de la experiencia real de vernos. Estamos tan centrados en nuestros smartphones que precisamos de estos encuentros para hablar. El auge artístico experiencial hace que, como podemos acceder a todo por internet, le demos mucho valor a lo que no está en la red. Tenemos que disfrutar de estos encuentros, porque si no estamos ahí no lo viviremos.
"El Madrid de ahora me encanta. Todo está cambiando, es una ciudad mucho más humana. Estamos viviendo un momento increíble."
Tu espontaneidad es un rasgo que te lleva a conectar con los oyentes. En tu último programa, entrevistando a Victor Nouman, estableciste una conexión entre su imagen melancólica y sus colecciones. ¿Es importante ver más allá para sacar la raíz de las personas?
Cada persona me motiva por una cosa diferente y siempre intento ver un poco detrás del personaje. A veces nos quedamos con lo evidente, y es importante buscar algo más que se desmarque de lo esperado. Al ir sin guión va surgiendo, tanto por mi lado como por el de los propios invitados.
En cuanto a tu blog, 10 años ya, escrito casi como en corriente de conciencia: sin orden, sin cadenas, con personajes que muchos conocemos y que, al mencionarlos, nos hace partícipes de la historia. ¿Cómo surgió? ¿Cómo se mantiene vivo?
Yo pensaba que iba a ser cuestión de un año, que me iba a aburrir, pero al final recibes un feedback y te das cuenta de que estás escribiendo para una persona que está esperando. Entonces ya no puedes parar. De algún modo mi blog se ha convertido en una cápsula del tiempo. Si buscas un post de 2007 encontrarás la música que escuchábamos, las películas que veíamos, los sitios por los que salíamos… yo he crecido con el blog y el blog ha crecido conmigo. Nació como una forma de compartir con la gente mi experiencia, mis opiniones, y como una vía de escape para poder escribir sobre lo que quería y huir un poco de los márgenes periodísticos para poder expresarme con total libertad. Al final, se ha convertido en una especie de herramienta viva donde vas observando el paso del tiempo y sus cambios, hasta pasar a ser una necesidad.
Tanto el blog como Radioshock giran en torno a moda, tendencias, algún que otro escándalo, pero sobre todo hablan de Madrid. ¿Cómo es el Madrid de ahora?
Todo el mundo me dice que el blog es muy madrileño, pero no es intencionado, simplemente es una consecuencia de mi realidad. Tanto el blog como el programa de radio hablan de mí, de mis referencias, de la gente que me atrae. Me rodeo de lo que me gusta, de lo que me motiva y lo plasmo. Alguna vez, amigos que están viviendo fuera me han comentado que al escuchar el programa se sienten como en casa… poder darles ese pedazo de Madrid es algo muy especial.
Y el Madrid de ahora me encanta. Todo está cambiando, es una ciudad mucho más humana, hay una eclosión de jóvenes artistas, nuevas galerías de arte, eventos, performances. Estamos viviendo un momento increíble en el que se respira frescura en las calles.
Y si pudieses traer a cualquier invitado, sin importar la época, ¿en quién pensarías?
Me gustaría mucho tener en mi programa a Jane Bowles, una escritora que me fascina. Era una persona que tenía la locura llamando a su puerta constantemente, un sentido del humor increíble y mucha tragedia interior al mismo tiempo. Era un ser humano maravilloso. Me encantaría que estuviera viva para decírselo, conocerla, entrevistarla y disfrutar de su compañía.
Eres periodista, profesor en el IED de Madrid, has escrito un libro, rodado un corto, tienes Radioshock, tu blog… ¿Qué te queda por hacer?
Tengo muchas ganas de escribir una novela, también me gustaría volver a rodar un corto. Aunque lo cierto es que no soy muy ambicioso, me motiva aportar algo que sea interesante, que guste; siempre me he dejado llevar. Cuando haces algo diferente a lo que tenías previsto, eso te lleva a una experiencia nueva. Hay que dejarse llevar, porque igual te proponen un plan que está fuera de tus esquemas mentales y descubres que te encanta. Si estás abierto puedes llegar a hacer casi cualquier cosa.