Andaluza nacida en Londres y educada en Nueva York. Pinta principalmente fauna animal poniendo especial atención al mundo de las aves y de la botánica. La naturaleza es su mejor aliada y cada día, con los primeros rayos de sol, agarra un pincel y hace de las suyas. Andrea, que entiende de clase y sofisticación, ejerce de responsable de Comunicación y marketing en una importante cadena hotelera. Hoy está aquí para demostrarnos que este hecho no deja, ni mucho menos, de convertirla en una creativa de pies a cabeza. Ser pragmático e idealista es más que posible. Con todos ustedes, Andrea Zarraluqui.
¿En qué sueles inspirarte para elaborar tus diseños?
Mi inspiración principal es la naturaleza, pero me inspiran muchas cosas, desde un cuadro hasta una foto de una revista, o un bonito libro.
Muchas de tus obras transmiten una especie de armonía exótica. Cuando no consigues llegar a ese estado de relajación emocional, ¿hay algún lugar del mundo al que te gustaría huir?
Picasso decía que "cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando". ¿Qué se puede añadir a eso? (Risas) Me encanta viajar; hay tantos paisajes distintos y maravillosos por el mundo que me costaría elegir. Pero tengo la suerte de vivir en España, que tiene un campo espectacular, así que no necesitaría ir muy lejos para encontrar inspiración. Soendo andaluza mi piloto automático me llevaría a Cádiz, como alternativa a Portugal pasando por el increíble campo extremeño.
¿Cómo empezó todo? ¿Recuerdas la primera vajilla que pintaste?
Mi primer contacto fue haciendo y pintando cerámica en el colegio, pero realmente lo retomé con intensidad hace algo más de ocho años. Recuerdo perfectamente mi primera vajilla: creo que todas empezamos con mariposas.
¿Cuál consideras tu momento predilecto del día para coger el pincel?
A primera hora con el primer café y los primeros rayos de sol.
La botánica y los pájaros son los elementos más presentes en tu obra, se nota que la naturaleza es tu fiel aliada. Si te diesen la oportunidad de tener un estudio en cualquier parte del planeta estaría en…
Tarifa, con vistas a África.
¿Consideras tu arte como una vía de escape? ¿Te gustaría vivir plenamente de ello o es más bien un hobby?
Ahora mismo tengo la suerte de poder vivir de ello aunque nunca me hare rica (risas). Pero en serio, es una suerte y doy gracias todos los días por ello.
¿De dónde nace una pasión? ¿Es algo que de pronto sube por las entrañas o simplemente va creciendo con nosotros hasta que de pronto se manifiesta?
En mi caso nací con ello. Siempre he pintado y cualquier superficie me gusta; ahora es porcelana pero ha sido papel, tela, paredes, muebles, etc.
Si tuvieras que regalar las tres piezas más valiosas de tu colección a tres personas en concreto, ¿qué tres personas serían?
A mis dos hermanas y para la tercera… ¡Tendría a muchas candidatas a las que adoro, sería muy difícil!
Como todos sabemos, la carrera de Bellas artes corre peligro. Un día, volviendo a casa, presencias una discusión entre un niño y sus padres; el niño quiere cursar este grado pero sus padres no hacen otra cosa que decirle que ‘no tiene salidas’. Si pudieras tener una charla a solas con ese niño, ¿qué aprovecharías para decirle?
Que eso mismo me lo dijeron a mí. Pero cada persona y cada circunstancia es un mundo y a veces no es posible vivir de lo que te gusta. Yo no me arrepiento de haber estudiado una carrera y de haber trabajado en marketing y publicidad antes. Me ha aportado muchas cosas buenas y he conocido a gente maravillosa por el camino. Pero no hay nada mejor que dedicarte a lo que te hace vibrar. Es una gran suerte.